Llega el Deportivo al Ramón de Carranza para afrontar un partido de necesidad, la que urge a los coruñeses por hacerse con una victoria que alivie la tempestad en la que se metió cuando solo habían transcurrido dos jornadas de competición. Un solo triunfo contabilizan los blanquiazules desde el inicio del curso, el logrado en la jornada inaugural contra el Oviedo en Riazor, una victoria que ni tranquiliza porque se produjo a última hora y ante un equipo que cierra la clasificación con solo dos puntos. En este partido los blanquiazules ya no solo tienen que ganar, necesitan también demostrar.

Refuerzo

Para comenzar, el cuadro coruñés está obligado a mostrarse sólido y ser capaz de mantener su portería a cero en un partido, ya que hasta la fecha encajó en cada una de las jornadas que disputó. Hasta el punto de ser el equipo más goleado de la categoría a la conclusión de la sexta jornada. Es una premisa básica para empezar a sumar y tener la posibilidad de vencer, porque en el plano ofensivo los deportivistas anotaron en todos sus encuentros a excepción del que los enfrentó al Albacete en Riazor, curiosamente el choque en el que más ocasiones de gol generaron.

Para evitar las irrupciones de los atacantes adversarios buscará Anquela reforzar la parcela central con la presencia de Álex Bergantiños, Gaku y Vicente. Futbolistas para tratar de mantener la pelota y ejercer jerarquía en la zona que suele definir los partidos. La presencia de estos tres centrocampistas natos supone prescindir de un futbolista de ataque, que en este caso podría ser Mollejo, para dar entrada por la banda a Borja Galán. Quedaría la otra para Aketxe y la punta para Christian Santos, que disfrutaría así de su segunda titularidad. Son previsiones, porque Juan Antonio Anquela tampoco mostró nada de sus intenciones en su trabajo de cara el público.