El Dépor se desangra en la penúltima posición de la tabla tras completar otro partido desastroso a todos los niveles. Parecía haber tocado fondo tras el sonrojante empate frente al Mirandés, pero anoche en Girona el bochorno fue aún más grande, sobre todo en una primera parte pésima, de lo peor que se le recuerda en muchísimos años. La reacción en la segunda mitad no le bastó para aspirar al empate. Y eso que soñó con él hasta que otro error infantil, de Lampropoulos, sirvió en bandeja el 3-1 a StuaniLampropoulos. En realidad los tres goles del equipo catalán fueron evitables, producto más de la fragilidad blanquiazul que del acierto del Girona.

Otros tres encajó Dani Giménez pese a realizar varias paradas de mérito. El Dépor se hunde en la zona de descenso y ya es penúltimo con siete puntos en nueve jornadas, solo por detrás del Oviedo, colista con un punto menos. Nada a lo que agarrarse, ni en ataque ni en defensa, con 17 tantos en contra. Un auténtico coladero.

Con errores infantiles una semana más, el Deportivo alfombró el camino de la victoria del Girona. El 1-0 nace de un error doble, primero de Lampropoulos por su comprometido pase a Nolaskoain, y luego del vasco por no ser capaz de alejar la pelota para evitar el robo. El 2-0 es producto de una falta mal defendida. Y el 3-0, otro fallo de Lampropoulos al regalar el esférico para propiciar la contra catalana. Falla por sistema este Dépor tan vulnerable, que solo fue capaz de mantener su portería a cero una vez en lo que va de campaña, en Cádiz.

En ataque el panorama es igual de desolador. Anoche el equipo coruñés regaló totalmente la primera parte, en la que ni siquiera se acercó a la meta rival. Tras el descanso se metió en el partido gracias al gol de Borja Valle, pero la reacción duró veinte minutos. Atacó a arreones ante un Girona que supo encerrarse a la espera de su momento para sentenciar con el tercero, como así hizo. Lamentable Dépor, una semana más.