El Deportivo ha visto desfilar por su banquillo a 13 entrenadores desde que el traumático descenso de 2011 precipitó el adiós de Miguel Ángel Lotina. El técnico vasco fue el último que resistió más de dos temporadas al frente del equipo y desde entonces tan solo tres (José Luis Oltra, Fernando Vázquez y Víctor Sánchez del Amo) completaron todo el campeonato. La tónica del cargo que acaba de asumir Luis César Sampedro tras la destitución de Juan Antonio Anquela ha sido la de las urgencias en una plaza estratégica que rara vez en el Deportivo durante los últimos años ha recibido ese tratamiento.

A los vaivenes en el puesto han seguido los bandazos en cuanto a los inquilinos de un banquillo sin un perfil definido. Por el Deportivo en la última década han pasado entrenadores experimentados y debutantes, con propuestas antagónicas y estilos bien diferentes. De Oltra a Anquela, pasando por Víctor Fernández y Garitano, todos condicionados por lo efímero de sus proyectos.

Pocos tuvieron la oportunidad de trazar un plan con visos de perdurar porque la mayoría fueron reclutados para corregir inercias negativas como ahora le ocurre a Luis César. Los que más cerca estuvieron fueron Oltra, Fernando Vázquez y Víctor Sánchez del Amo, los únicos que han dirigido al equipo una temporada completa en esta década convulsa. El técnico valenciano comandó el ascenso de 2012, pero se estrelló en su regreso a la máxima categoría.

Le sucedieron Domingos Paciencia y Vázquez, que hizo soñar con la posibilidad de la salvación en 2013 y logró regresar a Primera División al año siguiente. Parecía entonces que el club, con Tino Fernández recién llegado a la presidencia, había encontrado a un técnico sobre el que construir su proyecto de futuro. Unas declaraciones sobre la planificación de la plantilla, sin embargo, desembocaron en el despido del entrenador de Castrofeito.

Otra vez a contrapié, el club le encomendó la tarea de la permanencia a Víctor Fernández, pero casi sin margen de error tuvo que recurrir a Víctor Sánchez del Amo, que se estrenaba como primer entrenador. La agónica salvación en el Camp Nou de 2015 le brindó la oportunidad de iniciar un proyecto que al comienzo pareció cuajar.

Al exjugador blanquiazul se le renovó pensando en el futuro, pero las tensiones en el vestuario y sus diferencias con la dirección deportiva terminaron precipitando su despido al final de la temporada 2015-16. Le sucedió Garitano, que pagó el traspaso tardío de Lucas y la posterior marcha de Babel.

Su sustituto, Pepe Mel, tampoco logró la tan ansiada continuidad, al igual que Cristóbal y Seedorf, protagonistas también del descalabro del curso 2017-18. Estuvo cerca Natxo González con una plantilla a su medida que heredó Martí. El turno ahora en un banquillo de urgencias será para Luis César.