Noche de contrastes en Gran Canaria. Trágica para el Dépor, pero a la vez inolvidable para los coruñeses Jorge Valín e Yago Gandoy. El lateral cumplió "el sueño que tenía desde niño": debutar con el equipo de su ciudad, al que siempre alentó en Riazor desde pequeño. El centrocampista, también "del Dépor desde siempre", ya había tenido minutos en Cádiz y el pasado domingo volvió a entrar en la recta final, de nuevo "con toda la ilusión del mundo" pese a que el partido ya estaba "sentenciado" con el 3-0. Regresaron "muy tristes" por la dura derrota, pero a la vez "contentos" por haber participado.

Apenas coincidieron diez minutos, suficientes para intercambiar algunos pases. "La verdad, fue un poco raro vernos allí a los dos jugando en el estadio de Gran Canaria „confiesa Valín„. Sí que es muy bonito, siendo los dos de aquí y llevando tiempo juntos, haber jugado lo que nos tocó. Me alegro un huevo por él y por mí". Gandoy, por su parte, también celebra esa coincidencia. "Al ver a Valín de titular todos los compañeros del Fabril nos alegramos mucho. Cuando me llamaron para entrar, siempre es más bonito y te ayuda mucho más tener a un amigo y compañero de equipo en el campo. Él ya llevaba 90 minutos. Al final me daba el balón. Estábamos los dos allí en la banda, dos chavales que llevamos mucho tiempo en el Dépor", relata el talentoso futbolista de O Castrillón.

Las numerosas bajas con las que el Dépor visitó Las Palmas, hasta ocho, abrieron un hueco en el equipo a los dos coruñeses y también a otros tres compañeros del filial para entrar en la primera lista de Luis César: Javi Sánchez, Bourdal y Martí Vilá. Anquela fue quien hizo debutar a Gandoy, en el Ramón de Carranza, y a sus órdenes también participaron en Vallecas David Sánchez, fichado este verano para el Fabril procedente del Leganés, y Mujaid Sadick, que ya se había estrenado con el primer equipo en la etapa de Clarence Seedorf. Valín y Gandoy son los últimos brotes verdes de la cantera blanquiazul y juntos destapan un tímido rayo de luz en el gris horizonte del Dépor, colista de Segunda y en una situación cada vez más dramática.

El lateral tiene 19 años, uno menos que el centrocampista, por lo que no coincidieron en las categorías inferiores hasta hace dos campañas, con el juvenil. El año pasado volvieron a compartir vestuario en el Fabril y ahora asoman la cabeza juntos al primer equipo. Lo hacen cargados de humildad y prudencia, contentos por haber debutado, pero a la vez conscientes de lo que les toca: "Trabajar y trabajar". "Me tengo que dedicar a trabajar con el Fabril, si me toca con el filial, y si me toca con el primer equipo, pues mejor que mejor „recalca Valín„. Tampoco tengo que volverme loco si no juego la semana que viene o el míster no me lleva. Jugar con el Fabril también es un orgullo para mí".

De su amigo Gandoy, destaca su carácter "alegre" en los entrenamientos". "Es muy agradable y tenemos una relación muy buena". Eso, como persona. Como futbolista "tiene casi todo lo que debe tener un mediocentro para llegar lejos: desplazamiento de balón espectacular, gran conducción, buenos pases y visión de juego". Gandoy, por su parte, devuelve los elogios a Valín, "un lateral muy completo, tanto en ataque como en defensa". "Se incorpora bien, pone muy buenos centros y en defensa es trabajador y aplicado, muy difícil de rebasar", añade el medio, que ensalza también sus cualidades humanas: "Nos llevamos muy bien desde el principio. Es un chaval humilde, trabajador y muy buen amigo, la verdad".