El Sardinero pudo ser el núcleo de la celebración del título de Liga el 13 de mayo de 2000. El Deportivo solo tenía que ganar para proclamarse campeón, pero regresó con un empate sin goles y dejo todo pendiente para la última jornada, es decir, trasladó la fiesta a Riazor frente al Espanyol. Un triunfo bastaba a los deportistas para alzarse con el campeonato en el campo del Racing, razón por la que miles de seguidores blanquiazules se desplazaron a la ciudad cántabra para celebrar con su equipo el primer título de liga de su historia, pero se repitió lo que se había producido a lo largo de toda la segunda vuelta de esa temporada fuera de casa, el equipo no funcionaba y solo sumó un punto. En toda esa segunda parte de la Liga el Deportivo sólo fue capaz de lograr la victoria en el Sánchez Pizjuán de Sevilla y ese empate de El Sardinero, cuatro puntos de 27 posibles. Fue campeón por su fortaleza en Riazor.

Viajó el cuatro coruñés con tres puntos de ventaja sobre el Barcelona, segundo en la clasificación, y envuelto en medio de una fuerte polémica porque en la jornada anterior había empatado a dos goles con el Zaragoza en casa. Todo empezó cuando parecía que era el final. Un gol de Djalminha desde fuera del área en el minuto 78 ponía al cuadro coruñés en ventaja (2-1) y el título en manos de los blanquiazules. El genio brasileño celebraba lo que entendía era la conquista de la Liga y se sacó la camiseta para festejarlo, el árbitro lo amonestó y era la segunda tarjeta amarilla, por consiguiente su expulsión. Seis minutos después empató el Zaragoza, ya con un hombre más. Fue una falta ejecutada desde el mediocampo que cabeceó Aguado para hacer el segundo gol de los aragoneses y dejar a los deportivistas sin dos muy valiosos a falta de dos jornadas para el final de la temporada.

Tocaba viajar a Santander con una bronca por medio entre Irureta y el propio Djalminha, que incluso amenazó con marcharse para Brasil y no estar en el último partido con el Espanyol, no jugaría en El Sardinero por esa expulsión, pero sí podría estar en la última jornada. El Deportivo no podía fallar en El Sardinero, pendiente lo que hiciese el Barcelona en Anoeta; volvían los recuerdos de cinco años antes, pero el Barça empató en su visita a la Real Sociedad; circunstancia que no aprovechó el equipo coruñés para sentenciar el título al sumar un simple punto. Seguía habiendo tres de diferencia a favor de los blanquiazules y todo quedaba para Riazor en la última jornada como el Espanyol como visitante y en ese momento el empate sí bastaba. El resto ya es historia.

Desde entonces, los blanquiazules continuaron su racha triunfal en el campo cántabro, donde ganaron en seis de las nueve visitas siguientes, en las que empataron en otras tres oportunidades. Ese bagaje positivo en El Sardinero se rompió en el curso 2010-11 con una derrota por la mínima (1-0). Fue el año del descenso a Segunda División tras veinte años en la elite; la temporada del Levante-Zaragoza que ahora se está juzgando. Fue la última visita blanquiazul al Racing; el descenso deportivista y la posterior debacle de los cántabros, que acabaron hasta en Segunda División B, evitaron que se volviesen a enfrentar. Ahora casi nueve años después vuelven a medirse y lo hacen en unas circunstancias anómalas, con el Deportivo en la última plaza de Segunda División y el Racing, un recién ascendido, penúltimo, pero con dos puntos más que los coruñeses.