Ganar un partido ha pasado de ser un objetivo a convertirse en toda una obsesión para el Deportivo, sin nada que celebrar desde el apurado triunfo de la jornada inaugural frente al Oviedo. Después todo han sido decepciones, antes con Anquela y también ahora con Luis César. Dos encuentros, dos derrotas sonrojantes con el técnico gallego, el menos culpable de la situación dramática en la que está el equipo, colista con solo ocho puntos, a cinco de los puestos de salvación. Metido de lleno en el fango visita el Dépor esta tarde al Racing de Santander, un rival de su misma liga actualmente, y también con muchas urgencias clasificatorias.

En busca de un giro radical Luis César cumplirá lo que anunció tras la última derrota frente al Málaga y variará el equipo, aunque sin hacer ninguna gran revolución. No serán cambios radicales, pero sí significativos. Por ejemplo, apostar por la velocidad y la movilidad de Koné para la punta de ataque en lugar de Longo o reforzar el centro del campo con Nolaskoain de pivote junto a Álex. Lampropoulos regresa a un once del que también se pueden caer otros dos fijos como Aketxe, para que Gaku juegue de enganche, y Mollejo. Agita el árbol Luis César con hasta tres novedades: Lampropoulos, Koné e incluso Jovanovic, con muchas opciones de salir de inicio para correr a los espacios junto al marfileño y Valle. El técnico intenta algo distinto en busca de resultados diferentes tras comprobar que insistir con lo de siempre no era la solución. Cambios contra la depresión de un equipo cabizbajo, sin fútbol ni alma, y lejísimos del nivel que se le presupone tanto a nivel colectivo como individual.

Enfrente, un Racing recién ascendido que quiere hacerse fuerte en El Sardinero como pilar fundamental para construir su objetivo de la salvación. Esa es su meta y la tiene perfectamente clara: salir del pozo cuanto antes para no volver a caer, lo mismo a lo que aspira el Dépor a día de hoy.