De casa a Riazor sin falta cada dos domingos para ver al Deportivo. Y así durante 75 años, los que llevan de abonados José Ramón Docal Labaen, socio 4 del club, y Tomás Pulleiro Ríos, el número 5. Casi a la vez retiraron sus primeros carnés en 1944, justo a tiempo para asistir al primer encuentro que acogió el estadio blanquiazul, tal día como hoy hace 75 años. Tres cuartos de siglo después recuerdan vagamente aquel Deportivo-Valencia (2-3) de la inauguración, lo suficiente para apuntar dos detalles: que "fue un partido duro", según rememora Docal, y que "el estreno oficial fue meses después en un España- Portugal". Reunidos en Riazor, recuerdan sus 75 años de fidelidad ininterrumpida al Deportivo. Toda una vida de amor incondicional a unos colores por la que el jueves, a las 13.30 horas en el hotel Meliá María Pita, recibirán sus correspondientes insignias de oro y brillantes del club junto a Manuel Soto Cousido, el otro abonado que, como ellos, resiste desde 1944.

Durante tantos años las han visto "de todos los colores", con episodios dulces y otros amargos, pero siempre teñidos de azul y blanco. Sufrieron viendo al Dépor caer a "Segunda B y Tercera", pero jamás, bajo ningún concepto, pensaron en desertar. "Lo lamentaba, pero me aguantaba", resume tajante Tomás Pulleiro. "No me planteé nunca darme de baja. Es un sentimiento que llevas desde niño y forma parte de tu ser", argumenta José Ramón Docal.

Desde Las Esclavas

Ambos empezaron a seguir al Deportivo desde algunos años antes de la inauguración de Riazor, cuando el equipo disputaba sus partidos en la zona de Las Esclavas. Era un fútbol muy diferente al actual, tanto en el campo como fuera. "La banda de música iba delante y nosotros detrás hacia el campo por Rubine", relata sonriente Pulleiro.

Una anécdota de las miles que vivieron luego en el estadio de Riazor, con muchas remodelaciones desde su inauguración en 1944. "Si lo comparamos con el de ahora, era muy desangelado. Casi todo era descubierto", detalla Docal. Y corrobora Pulleiro: "Casi todos los asientos eran al aire libre. Solamente había una parte cubierta a la izquierda. En invierno había que jugar entre lastres y las cinco de la tarde, porque después no se veía nada al no haber iluminación".

Tanto José Ramón Docal, de 83 años, como Tomás Pulleiro, que cumplió 99 en agosto, siguen fieles a su cita con Riazor cada vez que el Dépor juega en casa. Comparten grada „ son socios de Tribuna Inferior„ pero hasta ayer no se conocían. Este jueves ambos aficionados coruñeses volverán a coincidir en el hotel María Pita, donde recibirán sus correspondientes insignias de oro y brillantes del club para acreditar sus 75 años de fidelidad. "No sé si es el mérito de vivir tantos años „afirma Docal„ o son méritos propios, pero realmente es una satisfacción tenerla".

Está orgulloso por este homenaje, igual que Pulleiro: "Me hace mucha ilusión. Siento deseos de que me pongan la insignia, como me pusieron en su día la de los 50 años". A punto de cumplir la centena, tiene la firme voluntad de "seguir yendo a Riazor todos los domingos, hasta que la muerte nos separe", bromea. Además de reconocer a los tres socios que en 2019 cumplen 75 años de vinculación al club „Docal, Pulleiro y Soto„ el Deportivo también homenajeará el jueves a los once que llevan 50 años como abonados blanquiazules y a los 435 que alcanzan los 25.