Miriam, Tere, Nuria y Cris emprendieron en verano de 2016 un viaje en común que el domingo pasado culminó en la visita al Atlético con el Deportivo Abanca convertido en la sensación de la Primera Iberdrola. Ante el campeón de las últimas tres ediciones llegó la primera derrota del curso, la primera también en año y medio y la despedida del coliderato que compartieron con el Barcelona en su estreno en la categoría.

Ellas cuatro han sido testigos y a la vez protagonistas de todo el camino recorrido por el equipo desde su creación hasta su llegada a la élite. Junto al entrenador, Manu Sánchez, son las supervivientes de aquel Deportivo Abanca con el que se pusieron los cimientos del conjunto femenino blanquiazul hace tres años y saben como nadie que hay mucho esfuerzo detrás desde los inicios hasta codearse con los grandes.

"Nadie se esperaba este inicio de Liga", reconoce Nuria. "Hemos trabajado mucho todo este tiempo, sobre todo nosotras que llevamos desde el primer año sabemos todo el trabajo que hay detrás para esto, que es totalmente merecido", subraya la talentosa atacante, ahora reconvertida en lateral izquierdo.

Entre las cuatro conforman un cuadro bastante fiel de la filosofía en base a la que el club impulsó la fundación del equipo femenino hace tres años. Miriam, veterana del Orzán, aporta la experiencia frente a la juventud de promesas de la comunidad gallega como Nuria y Tere con las que el equipo decidió nutrirse. Cris, procedente de Astorga, representa la apuesta por talentos cercanos a la que en las siguientes temporadas se le daría continuidad con la llegada de Peke, Iris o María Méndez.

"El proyecto era ascender lo antes posible y una vez en Primera mantenerse y quedar lo mejor posible", recuerda la defensa astorgana sobre los primeros pasos del equipo.

"Desde el primer año las cosas fueron muy bien", añade Tere. "Desde el principio ilusionamos a la gente e incluso desplazábamos afición a Oviedo, que era el partido más importante. El segundo ya aspirábamos a ganar la Liga, pero finalmente no se pudo; en el tercero se fue a por todas y aquí estamos", presume la internacional sub 20.

Las bases del sorprendente arranque en la que ha sido la puesta de largo en la elite se pusieron en aquella primera temporada, a juicio de Miriam. "El primer año no teníamos esa presión de ir a ganar la Liga y ascender. Veníamos unas cuantas de un lado, unas cuantas del otro y lo que se pretendía era crear un equipo", reflexiona la defensa.

A partir de ahí se fueron quemando etapas conforme a un plan trazado desde el club. "El plazo era de dos o tres años para estar donde estamos ahora", señala la capitana deportivista.

Nadie, sin embargo, preveía que viajaran la semana pasada invictas y colíderes al campo del vigente campeón. Tienen al alcance de la mano la permanencia, aunque prefieren ser cautas. "Queda muchísimo", recuerda Cris. "El objetivo a largo plazo es la permanencia y sobre todo disfrutar de este camino", remata Miriam.