Hace mucho tiempo, muchísimo, que se le acabó el margen al Deportivo. Se ha ganado a pulso el sonrojante cartel de peor equipo de Segunda tras catorce partidos, un lamentable primer tercio de campeonato en el que solo ha sido capaz de ganar un encuentro, y sufriendo, el de la jornada inaugural frente al Oviedo. Desde entonces todo fueron decepciones, la última el pasado fin de semana en Fuenlabrada, donde lo único rescatable fue el empate. Otro punto, y nada más. Tras dos salidas consecutivas, el equipo coruñés regresa a Riazor con la obligación de sacar adelante como sea el partido ante el Elche, un rival más complicado como visitante que como local. En realidad al Dépor le da igual quién esté enfrente. Solo le vale sumar los tres puntos para empezar a dar señales de vida. Ya toca. Ganar o seguir hundiéndose, no hay otra.

Últimamente encaja menos el conjunto de Luis César, una ligera mejoría defensiva que le está penalizando a la hora de generar peligro. Deberá dar un paso al frente en ataque si quiere superar al Elche. Para ello el técnico arousano retocará su línea ofensiva con las novedades de Mollejo y Aketxe en lugar de Longo y, muy probablemente, Borja Valle. También en defensa hará un cambio obligado debido a las bajas de sus dos laterales derechos: el lesionado David Simón y el sancionado Eneko Bóveda. En vez de optar por el coruñés Valín, el recambio natural desde el filial, Luis César ensayó durante la semana con Galán como improvisado lateral diestro y ayer probó con Mujaid. Uno de los dos completará la zaga titular junto a Montero, Lampropoulos y Salva Ruiz.

También tiene bajas Pacheta, que viajó a A Coruña con sus 18 disponibles. Ramón Folch y Nuke Mfulu siguen lesionados, pero el técnico franjiverde cuenta con un grupo muy competitivo liderado por el incombustible Nino, un histórico no solo del Elche sino de toda la Segunda División.