Óscar García Pinchi y Diego Caballo comparten el mismo objetivo con el que su técnico, Manuel Mosquera, llegó a Almendralejo en 1991: triunfar en el Extremadura. A base de goles (110) y partidos (475) el actual entrenador azulgrana se convirtió en todo un mito para la afición del Francisco de la Hera, donde celebró un ascenso a Segunda y dos a Primera. Ahora, desde el banquillo, el coruñés trata de asentar al equipo en la categoría de plata con una plantilla modesta, pero con jugadores de mucha calidad como Pinchi y Caballo. En el Dépor no confiaron lo suficiente en ellos, como le pasó en su día a su actual técnico, y tuvieron que buscar una salida en busca de oportunidades. Ahora su sitio está en Almendralejo, un destino idóneo para crecer. "Estoy encantado, muy contento con los dos. Enriquecen al equipo y creo que a la categoría también", asegura Mosquera.

Caballo es un fijo en sus planes. Empezó la temporada con el Dépor y a última hora fichó por el Extremadura, con el que ha disputado completos todos los encuentros desde su debut, doce en total. "Se ha acoplado muy bien a Almendralejo y también al equipo, que suele ser muy fácil porque tenemos un grupo muy bueno", relata el técnico. "Nos ha dado mucho, sobre todo en ataque porque centra muy bien. Se ha tenido que poner un poco las pilas, entre comillas, porque aquí hacemos una presión muy adelantada y los defensas no están acostumbrados, pero se ha acoplado muy bien al equipo y a la forma de jugar", recalca sobre el lateral izquierdo.

No lo había tenido a sus órdenes durante su etapa al frente del Fabril, pero sí lo conocía "personalmente" y cuando surgió la posibilidad de ficharlo lo tuvo claro desde el primer momento. "Fue a última hora cuando nos llaman diciendo que había una posibilidad con Caballo. Estábamos más pendientes de salidas que de ninguna incorporación. Me dijeron que si yo quería se podía hacer, y ni lo dudé. Entre todos vimos que era una posibilidad muy buena y creo que no nos equivocamos. Ha sido un incorporación muy importante para nosotros", celebra Mosquera, quien hasta el fichaje de Caballo no contaba con ningún lateral zurdo específico en su plantilla.

A Pinchi, en cambio, sí lo había dirigido en el Fabril y "rindió a un nivel tremendo". Tras su paso por el filial del Atlético la pasada campaña, los caminos de ambos coruñeses, futbolista y técnico, vuelven a cruzarse ahora en Almendralejo, donde lo está utilizando como delantero y no como extremo izquierdo: "Siempre lo he visto de punta. Me gusta mucho ahí. Óscar tiene una alegría especial. Siempre he pensado que tenía que jugar minutos poco a poco, de la forma que fuese, para hacerse grande porque tiene unas condiciones muy buenas: veloz, zancada larga, potente y agresivo aunque tenga ese perfil de delgadito. Presiona mucho, es muy rápido y condiciona mucho a los defensas. Lo está haciendo muy bien. Es difícil en este equipo jugar de delantero „participó en catorce encuentros, seis de ellos titular„, pero se ha ido ganando un sitio y cuando ha jugado la pena es que no haya marcado porque le hubiese venido muy bien para crecer más. Pero da igual, porque entrena de maravilla y creo que está creciendo mucho. Se está adaptando a Segunda y está haciendo una campaña muy importante".

Por su pasado en el Dépor, los tres vivirán mañana un encuentro "especial" frente a su exequipo: "No he hablado con ellos de eso porque intentamos darle normalidad pero seguro que será especial". También para Mosquera, aunque no tanto como lo fue el Deportivo-Extremadura de la pasada campaña (1-2), cuando se sentó en el banquillo visitante en Riazor: "Siempre es especial y esa parte nunca se borra aunque nos enfrentemos mil veces pero era como más impactante cuando fuimos en abril, porque yo acababa de trabajar en el Dépor, vas como entrenador, te ves ahí abajo... Fue una mezcla de sensaciones muy raras, rarísimas, y paradójicas".