Poco tocaron Anquela y Luis César la tecla de Beto da Silva, ninguneado por ambos entrenadores durante toda la temporada. Llegó a A Coruña a última hora y de rebote, dentro de la operación salida de Diego Rolan al fútbol mexicano, y apenas ha tenido minutos. Solo 30 repartidos en tres de las dieciséis jornadas: 12 frente al Albacete, seis contra el Numancia y otros 12 ayer contra el Extremadura. Muy poco tiempo que el paraguayo exprime para reivindicarse con buenos remates. En su debut en Riazor frente al conjunto manchego chutó al larguero en la recta final, un disparo que casi le vale al Dépor para evitar la derrota (0-1). Ayer, en el Francisco de la Hera, volvió a acariciar el gol con un tiro en posición acrobática que obligó al meta Casto a realizar una gran intervención para alejar el peligro.

En una temporada bochornosa del Deportivo, en la que el rendimiento individual y colectivo está siendo lamentable, la participación de Beto da Silva ha sido residual. De los 22 futbolistas de la primera plantilla blanquiazul, solo el portero Koke Vegas, todavía inédito, ha tenido menos protagonismo que el atacante. Nunca fue titular y, de hecho, en la mayoría de los partidos ni siquiera tuvo sitio en el banquillo. Habitual descarte por decisión técnica, Beto solo entró en siete convocatorias: cuatro con Anquela (Albacete, Numancia, Cádiz y Mirandés); y tres con Luis César (Las Palmas, Elche y Extremadura).

Los doce minutos de ayer fueron los primeros desde la llegada del entrenador arousano, quien por primera vez dejó en el banquillo a Álex Bergantiños. El coruñés había sido siempre titular en todas las jornadas y había completado todos los partidos enteros salvo el del pasado fin de semana ante el Elche en Riazor, donde fue sustituido por Christian en la recta final. Sin Álex el Dépor volvió a perder, esta vez frente al Extremadura, para hundirse aún más en el farolillo rojo y asomarse al precipicio de la Segunda B.