Con seis semanas de retraso, las que duró la fallida apuesta de Luis César por una línea continuista en sus alineaciones, llegará el esperado "golpe de timón" que el técnico anunció el pasado sábado tras la derrota en AlmendralejoAlmendralejo. "Hay que reaccionar ya y tengo claro que lo que hemos hecho desde que he llegado no funciona „reconoció„. Han pasado ya unas jornadas y tengo que cambiar de libreto, de partitura, y tengo que escoger otro camino para que este equipo sea solvente". Ese giro radical pasa por un cambio de sistema que el entrenador planea estrenar contra el Alcorcón el sábado en Riazor (18.00 horas). Luis César baraja la opción de reforzar al equipo desde los cimientos y apostar por una defensa con tres centrales y dos carrileros, al tiempo que medita retocar también el centro de campo en busca de una mayor solidez.

Un 5-4-1 o un 5-3-2 son los dibujos más probables, aunque el arousano esperará al regreso de los internacionales para definir un nuevo plan que, a la fuerza, tiene que marcar un punto de inflexión con respecto a toda la trayectoria anterior, tanto la de Anquela como la más reciente con el propio Luis César.

Hasta el momento el Dépor no ha mejorado con el nuevo entrenador, cuyo balance es de dos empates y cuatro derrotas. El equipo blanquiazul es, con diferencia, el más goleado de toda la Segunda División. Ha encajado 29 tantos en 16 jornadas, cuatro más que el Mirandés, que con 25 es el segundo más vulnerable. Salvo en los empates sin goles frente al Cádiz y el Almería, Dani Giménez siempre encajó. Cortar esa hemorragia defensiva es el principal objetivo para sentar las bases de una reacción duradera. La apuesta por los tres centrales busca precisamente eso, fortalecer al equipo desde atrás, que se sienta seguro y, a partir de ahí, construir hacia adelante en ataque.

Del descenso a la novena plaza

El recurso de los tres centrales resultó exitoso en Primera en 2008, cuando Miguel Ángel Lotina optó por esa fórmula para sacar al Dépor de los puestos de descenso. Era penúltimo al término de la primera vuelta, con solo 17 puntos, y en la segunda mitad del campeonato sumó otros 35 para acabar con 52, en la novena plaza. Entonces fueron Coloccini, Pablo Amo y Lopo los que formaron a la vez en el eje de la zaga.

Más de una década después y una categoría más abajo, la situación del Deportivo es mucho más dramática que entonces. Hundido en el farolillo rojo de Segunda, con solo diez puntos y a cinco de la salvación, Luis César necesita otro golpe de timón efectivo e inmediato. Contra el Alcorcón recuperará al medio Gaku Shibasaki y a los centrales Lampropoulos y Montero, que junto a Somma tienen muchas papeletas para formar desde el inicio. Otras opciones para la retaguardia son Bóveda, que actuó de central ante el Extremadura, el polivalente Nolaskoain y el fabrilista Mujaid.