Todo sigue igual de mal para el Deportivo tras el empate sin goles del pasado sábado en Riazor contra el Alcorcón. El punto no arregla nada, porque la situación continúa siendo dramática, pero por lo menos el equipo jugó a algo prácticamente por primera vez en lo que va de temporada. Hacía falta un cambio desde hacía mucho tiempo y Luis César esperó a su séptimo partido en el banquillo blanquiazul para dar un golpe de timón después de comprobar que su apuesta por una línea continuista con respecto a la etapa anterior resultó estéril. El sábado retocó el esquema habitual y optó por un 4-3-3 que le sentó bien al equipo para crecer como bloque y ganar solidez, y también individualmente a varios jugadores. Un nuevo dibujo de esperanza para un Dépor que sigue hundido, pero que por fin parece haber encontrado un camino a seguirDépor .

Portería a cero, primer objetivo. Anquela dirigió por última vez al equipo coruñés en el 0-0 frente al Almería en Riazor. Desde entonces, con Luis César siempre había recibido al menos un tanto. Tres le hizo Las Palmas, dos el Málaga, uno el Racing, otro el Fuenlabrada, tres el Elche y dos el Extremadura. Con 29 goles en contra recibió el Dépor al Alcorcón, que no fue capaz de perforar la meta de Dani Giménez. Fue la tercera vez en la temporada que no encajó, como ante Cádiz y Almería.

El rival que menos le disparó. El equipo alfarero apenas inquietó la portería coruñesa. Fue el rival que menos le disparó en todo el campeonato, solo seis veces, las mismas que el Almería. Todos los demás adversarios le chutaron al Dépor en más ocasiones. Sin ir más lejos, la semana anterior el Extremadura conectó 15 lanzamientos ante el Dépor, dos menos que los 17 en Riazor del Málaga, hasta ahora el equipo ante el que el equipo coruñés concedió más ocasiones en lo que va de liga.

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El Dépor empata en Riazor con el Alcorcón

Ocupación efectiva de los espacios. Con tres centrocampistas el Deportivo dominó en la zona ancha, ocupando de una forma más eficaz los espacios. Destacó por encima de todos Vicente Gómez, que dio un paso al frente para ofrecerse siempre y dar soluciones a sus compañeros.

Muchas llegadas, poca puntería. Poco a poco el Dépor fue volcando el campo hacia el área visitante. Generó muchas llegadas, algunas claras, pero le faltó precisión en el último pase y, sobre todo, puntería en la definición, especialmente a Koné y Longo.

Intensidad y corazón. El empate ante el Alcorcón fue un premio escaso para los méritos del Dépor. Dominó, propuso mucho más que su rival y realizó un desgaste físico descomunal que lo acabó mermando a medida que avanzó la segunda parte. Pero nadie se rindió. Todos trabajaron a destajo para subir la intensidad y el ritmo tanto a la hora de atacar como cuando les tocó defender.