Cuando no está cómodo, cuando sufre, cuando el partido no va por su rego... El Dépor tiene muchas maneras de ganar un partido en esta Primera Iberdrola y hoy ha exhibido una diferente. Golpeó primero, supo agarrarse al duelo y, tras rescatarle las paradas de Misa y el golazo de Tere Abelleira, logró doblegar a un Sevilla que le puso en muchos apuros durante gran parte de la mañana de su reencuentro con Abegondo 35 días después. El triunfo le permite volver a ganar un mes después, acechar al Atlético y resistir, de momento, la progresión de dos grandes de esta Liga como el Athletic y el Levante. El equipo de Manu Sánchez tiene hambre, cuerda para rato.

Con Abegondo de nuevo lleno, el envite empezó torcido. Seis minutos de parón tras el pitido inicial por la lesión de la colegiada principal marcaron el inicio. Las eventualidades presagiaban un duelo movido y de sobresaltos, y así fue. De principio a fin. Ni tres minutos de la reanudación y la grada ya celebra el primer tanto de Alba Merino de penalti. 1-0. Antes de su disparo certero, el grupo de Manu Sánchez había sido un torbellino en tierras conocidas. Una táctica muy empleada esta temporada en Abegondo que le daba de nuevo resultados. El penalti había sido cometido a ella misma tras un doble disparo suyo y de Peke. El equipo coruñés golpeaba rápido y parecía el anticipo de una mañana plácida, pero fue todo lo contrario.

El Sevilla no se vino ni mucho menos abajo y casi de manera inmediata logró convertir el encuentro en todo lo que no le gusta al Dépor Abanca. En un duelo de mano suelta, había muchas carreras y poco toque. Cero control y muchas ocasiones en las que la balanza se inclinaba a favor de las andaluzas. En una de tantas llegadas, Miriam hacía un claro penalti, Emilia Zdunek no fallaba desde los once metros. Llegaba el 1-1 y la sustitución de la capitana, que se marchaba llorando temiendo una lesión grave. Salía Nuria del banquillo y Manu Sánchez regresaba casi a su once tipo con la única salvedad de Michelle Romero por una Athenea, que está de bajas por paperas. Casilla de salida en todos los sentidos.

El tanto reforzó al Sevilla que hizo emplearse a fondo a Misa hasta el descanso e incluso tras el arranque del segundo periodo. Su frente de ataque era un pesadilla para las blanquiazules que perdían algún balón impropio de su nivel en la salida de balón. El duelo olía a rojiblanco, pero una semana más Teresa Abelleira decidió frotar la lámpara mágica y darle un vuelco el escenario planteado por el partido. En ocasiones es un caño o una acción plástica y hoy fue de nuevo un imparable disparo desde la frontal. Ya lo había hecho la semana pasada en Barcelona y decidió repetir. El lanzamiento, inalcanzable para Sara Serrat, suponía el 2-1 y un punto de inflexión claro en el duello. El Dépor se ponía por delante en el marcador e igualaba el envite sobre el césped. Quedaban 40 minutos para marcar o sufrir.

No pudo con lo primero y no le quedó más remedio que padecer mucho de lo segundo. Gaby, Peke y Michelle Romero, menos finas de lo habitual, no fueron capaces de sentenciar, de lograr el 3-1 y eso que tuvieron un buen puñado de aproximaciones al área. Hoy no era el día de una victoria plácida. Empezó a emerger de nuevo la figura de Misa como ya había pasado en el primer acto. Buenas salidas, mejores manos, achiques providenciales. Hasta el descuento tuvo emoción. Gaby casi marca en una llegada a placer al área y en el último ataque, en el minuto 93, la sevillista Maite Albarrán remató de cabeza al palo. El rechace casi va para adentro, pero ahí estaba de nuevo Misa para repelerlo dejándose casi la rodilla en el lance. Pitido final, otra mañana de fiesta en Abegondo. Diferente, pero una alegría al final y al cabo.