Manu Sánchez llegó en 2008 al fútbol femenino y los últimos años han sido de vértigo superando sus previsiones y viviendo desde el nacimiento del ambicioso proyecto del club de su vida. Analiza la llegada de Carolina Arbeláez y lo que deparará el futuro a un grupo de moda en la Primera Iberdrola.

¿Imaginaba un 2019 así?

Para nada. Ha sido un año espectacular para lo que es, incluso, la historia del club y lo digo con todos los respetos. El del ascenso, el del debut en Primera siendo el mejor debutante y el equipo revelación. Estamos muy contentos.

No hizo falta que llegasen los Reyes para recoger regalos...

Escribo siempre la carta con un buen amigo que trabaja en Madrid, pero este año aún no la hice.

¿Qué le aportará Carolina Arbeláez al Dépor Abanca?

Buscábamos a alguien para el centro del campo que tuviese un perfil diferente. Algo más de garra, de fuerza. A excepción de Iris,teníamos a centrocampistas más de talento que de trabajo y queríamos compensar eso para tener más opciones y que no todo el trabajo sin balón recaiga siempre en Iris. Carolina es una box to box. Como mediocentro defensivo jugó en doble pivote, no ella sola. Es más una 8, tiene llegada. Es lo que nos gusta por nuestra forma de jugar.

Sin experiencia en Europa. ¿Cree que le pesará?

Es una de las capitanas de la selección, tiene una trayectoria internacional. A veces la gente piensa que en el fútbol femenino de Sudamérica no hay tanto nivel, pero la experiencia que tenemos es muy buena, con las venezolanas.

¿Por qué insisten en esa vía?

La liga colombiana la llevamos siguiendo desde la temporada pasada y nos fijamos también en su selección. De Venezuela lo tenemos todo y Brasil es diferente porque es un mercado más europeizado. Colombia nos llama la atención porque es un fútbol atractivo y dinámico y era lo que encajaba en nuestro modelo. Tampoco hay que obviar que optamos a un mercado reducido, que nadie se piense que hemos roto la banca.

¿Ficharán más?

Arrancamos la temporada con dos carencias: alguien para el ataque y otra persona para la media. Decidimos arriesgarnos y esperar a enero. Ahora quizás esa persona de ataque no sea de ataque, miramos otras opciones. En el centro del campo lo teníamos claro y hace dos meses decidimos que la persona tenía que ser Carolina. Vamos a sondear el mercado a ver si podemos optar a algo más.

¿Qué pide a 2020?

Soy realista y aún no tenemos la permanencia, aunque está cerquita. La necesitamos para seguir dando pasos y el próximo año lo tengamos más fácil. Aun así, tampoco cierro puertas. Si nos respetan las lesiones, podremos soñar, llegar más arriba en la tabla y hacer un buen papel en la Copa.

¿Es más fácil fichar ahora?

Hemos conseguido fuera lo que ya teníamos ganado en Galicia. Aquí nos costó dos o tres años lograr que la gente viera que este es un proyecto serio. Ahora hemos pasado de ser la cenicienta a que se nos abran más puertas. La gente ve cómo funciona el equipo y el boca a boca es muy importante.

A muchas jugadoras y a usted les quemará el teléfono. Son caramelos de mercado. ¿Le preocupa una desbandada?

Hay jugadoras que están levantando muchísimo interés, pero tengo una preocupación relativa. Hemos dado pasos como proyecto y ellas, llegado el momento, deben valorar quién apostó por ellas. En dinero sé que no podemos llegar a los que llegan otros, pero hay otros alicientes que deben valorar. El otro día, por ejemplo, la gente coreaba en el campo el nombre de nuestras jugadoras. Este es un buen sitio para crecer y disfrutar.

¿Y a usted le tientan?

En el club me conocen perfectamente. Yo soy del Dépor, no estoy aquí por casualidad, tengo una ventaja sobre otros. Pero es cierto, no lo voy a negar: hay diferentes agencias que están interesadas en representarme y ha habido cosas, pero yo soy feliz. Lo importante son ellas, no quien las dirija.

¿No tiene agente?

Nunca lo tuve, nunca lo necesité. Soy una persona que cree en la gente y en el cara a cara, aunque es verdad que ahora estoy en un mundo diferente para mí y sí que me han llamado para hacerlo porque seguro que hay muchas cosas que yo ni contemplé. Igual esos pantalones cortos que llevo de los que todo el mundo habla, me los pueden dar más chulos (se ríe).

Los seguirá llevando en los partidos de enero. ¿Tiene algo de superstición?

Se creó mucha historia. Que sin son mágicos, nada de eso. Me ayuda a darme cuenta de dónde vengo. Así empecé en 2008 y era muy importante seguir así en Primera. Y eso lo pueden decir las chicas: yo entreno todos los días así. El primer año que empecé a trabajar con las chicas lo pasaban muy mal, no había esa cultura deportiva y yo trataba de decirles que estuvieran tranquilas, que íbamos a ir todos a una, que si ellas se mojaban o pasaban frío, yo también lo haría. No hay ninguna magia negra.