A Pepe y Ana les tocó madrugar para no perderse el reestreno de Fernando Vázquez en Abegondo. Desde Lalín viajaron cargados de ilusión con una pancarta ilustrativa del cariño que la afición siente por el técnico. El texto: Loitamos por ti e aquí estás! Querémoste Fernando. La colgaron en la grada para que la leyera el entrenador, agradecido por la calurosa bienvenida que se encontró en su primera jornada en esta su segunda etapa al frente del Dépor. En total, medio centenar de seguidores fueron testigos de un entrenamiento largo e intenso que comenzó con casi una hora de retraso. Antes hubo una charla en el vestuario que se prolongó durante tres cuartos de hora. Fue la primera toma de contacto de Vázquez con la plantilla, a la que luego, sobre el césped, dedicó continuas consignas. "¡Hay que tener carácter!", exigió.

Con impaciencia lo esperaban los aficionados, deseosos de que saliera del vestuario para dedicarle los primeros aplausos y gritos de ánimo: "¡Vamos, Fernando!", alentaron al técnico, que respondió a la grada sonriendo con el brazo en alto para levantar su dedo pulgar. Salió al campo con energía, la misma que luego mostró durante las dos horas que duró su primera sesión, seguida desde la carretera por los aficionados, muchos de ellos niños con sus padres.

Vázquez quiere aprovechar el tiempo al máximo, así que fue muy exigente desde el primer día, interrumpiendo en numerosas ocasiones los partidillos para realizar correcciones y dar consejos. Por ejemplo, a Mollejo, a quien pidió que hiciera "apoyos" desde la banda. También hizo varios apartes, primero con Montero y al final de la sesión con Christian, dos de los futbolistas que podrían salir del Dépor en enero.

Fue el Fernando de siempre: intenso, enérgico y muy encima de los jugadores no solo para corregir sino también para participar en las tareas, incluso peloteando con ellos durante la fase preparatoria. Manuel Pombo, que vuelve junto a Vázquez, se encargó de la parte física. Al final, antes de entrar en los vestuarios, firma de autógrafos, más mensajes de ánimo y saludos a Armenteros, Queijeiro, y Cebrián, que le pasó el teléfono para que hablara con Vidal.