Fernando Vázquez trabaja contra reloj para que su sello se empiece a plasmar ya en el partido del domingo en Los Pajaritos (12.00 horas). Ayer, el día de Año Nuevo, dirigió un exigente y largo entrenamiento vespertino, de dos horas de duración, en el que esbozó un posible 4-4-2 de cara a la visita al campo del Numancia. No fue una prueba definitiva, pero sí ofreció pistas de cuál puede ser el plan para su debut en esta su segunda etapa en el banquillo del Deportivo. Más allá de quiénes sean los elegidos para su primera alineación, el técnico quiere dotar al equipo de las herramientas adecuadas para que sea, sobre todo, más sólido y equilibrado. Ese es su primer gran objetivo, acabar de una vez por todas con la sangría de goles encajados que hizo del Dépor el conjunto más goleado de Segunda en la primera vuelta, con 35 tantos en contra en 21 encuentros, casi dos de media por jornada. Vázquez quiere un Deportivo más compacto, con las líneas bien definidas y juntas. "¡Exagerad la cercanía, casi cogeos de las manos!", pidió a sus hombres a la hora de defender en el partidillo de once contra once.

El nuevo entrenador blanquiazul juntó en uno de los dos equipos a muchos futbolistas con bastantes papeletas para ser titulares el domingo. Por delante de Dani Giménez montó una línea defensiva de cuatro con Bóveda, Mujaid, Somma y Salva Ruiz. En el centro del campo Álex Bergantiños y Peru Nolaskoain formaron el doble pivote, con Aketxe y Borja Valle partiendo desde las bandas. Mollejo y Koné, en punta como pareja de delanteros, completaron esa formación. Una de las primeras novedades con Vázquez es el regreso del fabrilista Mujaid a su posición natural en el eje de la zaga. Luis César lo reconvirtió a lateral y a sus órdenes disputó varios encuentros como titular, pero tras el relevo en el banquillo el riojano vuelve de momento al puesto de central, donde más acostumbrado está a desenvolverse. El otro once, también en formación 4-4-2, lo integraron Koke en portería; Galán, Lampropoulos, Montero y Luis Ruiz en defensa; Vicente y Çolak en el doble pivote; Jovanovic y Beto da Silva en las bandas; más Christan y Longo como dúo de arietes.

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Vázquez reparte juego y Çolak encaja desde el primer día

La presión tras pérdida fue uno de los aspectos en los que Fernando Vázquez más insistió en la primera sesión de 2020, en la que solo estuvieron fuera del grupo los lesionados David Simón y Gaku Shibasaki. El técnico quiere un Dépor que muerda cuando no tenga el balón, siempre con orden y sentido, pero también mostrando decisión y agresividad por recuperar cuanto antes la pelota y lo más cerca posible de la portería contraria. "¡El rival tiene que sentir al jugador que le está presionando!", gritó a sus pupilos. No quiere una presión alocada, ni de cara a la galería. Busca sobre todo que sea efectiva, así que aleccionó a sus jugadores para que sepan elegir en qué situaciones deben correr derechos hacia el rival para "matarlo" y cuándo es más conveniente mantener la posición. Aspira a armar un Dépor con una disposición en el terreno de juego clara y reconocible incluso desde fuera para el público, con las líneas siempre bien plantadas y juntas, una cuestión que recalcó varias veces ayer a sus jugadores.

"Podemos, xa o dicía Arsenio"

La novedad de Vázquez, desde esta semana otra vez al frente del Dépor, volvió a generar expectación el día de Año Nuevo. Aproximadamente medio centenar de seguidores se desplazaron a Abegondo para seguir el entrenamiento, pedir autógrafos y fotografiarse con los jugadores, pero sobre todo con el entrenador. Durante la vuelta a la calma, mientras los futbolistas estiraban antes de retirarse a los vestuarios, un aficionado le habló al de Castrofeito, próximo a la valla exterior en ese momento: "Pódese, Fernando". Vázquez se giró sonriente y le respondió parafraseando a un maestro: "Podemos, claro que podemos. Xa o dicía Arsenio".