El Dépor también sabe ganar sin Teresa Abelleira. El equipo de Manu Sánchez goleó al colista Espanyol y regresa a la senda de las victorias a domicilio después de tres meses. No ganaba lejos de Abegondo desde su triunfo en Huelva en octubre y esta mañana lo hizo tirando de rotaciones y con un doblete de Gaby y otro tanto de Kika Moreno, el primero de la venezolana en la máxima categoría. El triunfo afianza al equipo de Manu Sánchez en la zona noble, le da prácticamente una salvación virtual y queda a la espera de lo que ocurra en el Athletic-Levante de esta tarde para acechar el último cajón del podio que ocupan las granotas.

El grupo blanquiazul salió dominador y pronto hizo diferencia ante un ingenuo y limitado rival. En 20 minutos ya Gaby ya había logrado un doblete, el primero en un saque de esquina que remató de cabeza sin ni siquiera saltar y el segundo tras recoger un balón rechazado en el área. El Espanyol estaba tocado y casi hundido. Peke vio como le anulaban un gol y el duelo apuntaba a goleada de escándalo. El equipo perico movió pronto el banquillo, antes del descanso, y las sustituciones surtieron efecto. Misa tuvo que emplearse a fondo para evitar el 1-2 en el minuto 41.

El paso por los vestuarios le sentó bien al Dépor que se reordenó y supuso contrarrestar y frenar el amago de reacción del Espanyol. La victoria la terminó de certificar a falta de media hora con el tanto de Kika, que lloró tras el gol en una mezcla de rabia y emoción. Su definición fue de libro, al igual que el desmarque de ruptura. Aun así, gran parte del mérito del gol está en el pase en profundidad de una Iris, que hizo un soberbio partido en la contención y en la distribución. Una semana más el sosten del equipo y justo en el día en el que Manu Sánchez daba descanso a Teresa Abelleira y Alba Merino para dar entrada a la propia Kika y a Maya. Solo la extremeña dispuso de algo más de diez minutos al final, la pontevedresa ni saltó al césped. El Dépor se engancha de nuevo a la lucha en la zona alta y lo hace con la fuerza del grupo, la que le ha guiado en todo este tiempo.