Hacía tiempo que Riazor no vivía una comunión tan plena entre el equipo y la afición. Todos a una para sumar tres puntos imprescindibles en la pelea por la salvación. La gente se ha vuelto a enganchar y se siente identificada con este nuevo Dépor de Fernando Vázquez. Su regreso al banquillo ilusiona, como también los fichajes Sabin Merino y Emre Çolak, ambos debutantes y decisivos con sus goles.

Nuevo entrenador, nuevos jugadores, nuevo consejo de administración y nueva camiseta, la de toda la vida en realidad. Muchos atractivos para una hinchada entregada de principio a fin y que, por encima de todo, valoró el esfuerzo colosal de todo el equipo, desde el primero hasta el último, para defender el 2-1 con un hombre menos. Emoción, pasión, nervios y mucho sufrimiento, muchísimo, pero con final feliz para acabar entonando todos juntos un grito de esperanza: "¡Sí se puede!". Ayer fueron 19.053. El domingo, contra el Cádiz, serán bastantes más.

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El Dépor doblega al Racing 2-1

Noche de reencuentros, empezando por la camiseta de rayas verticales. Regreso al pasado fue también el reestreno de Vázquez en el banquillo de Riazor, celebrado por la afición desde antes de que el balón comenzara a rodar. El de Castrofeito recibió una cerrada ovación cuando su nombre fue anunciado durante la presentación de las alineaciones. También despertó aplausos Çolak, otro recién retornado, ya desde el calentamiento. Con su golazo y posterior celebración en la grada, por la que vio la segunda amarilla, pasó del cielo al infierno en apenas unas segundos. Todos esperan mucho de él, como también de Sabin Merino, el otro fichaje invernal que debutó ayer. Su gol devolvió la esperanza en un momento clave, con casi una hora de partido por delante para completar la remontada.

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El nuevo Dépor reengancha a Riazor

El aplauso durante el descanso en memoria de Diego Bello Lafuente, aficionado deportivista asesinado en Filipinas la semana pasadaDiego Bello Lafuente, fue otro de los momentos emotivos de una noche que sirvió para que equipo y afición se volvieran a abrazar. Pese al temporal, casi 20.000 valientes vibraron con la tercera victoria consecutiva del Dépor en Segunda. Ya no es colista y, lo que es más importante, está a un solo punto de salir de la zona de descenso.