Todo vuelve a fluir dentro y fuera del campo desde el regreso al Deportivo de Fernando Vázquez. La afición lo adora y sus jugadores creen en él. Puro carisma al servicio del equipo, impulsado por retoques tácticos con su sello, de inicio y sobre la marcha, que han disparado el rendimiento, tanto individual como colectivo. Ganar al Cádiz „líder con 45 puntos, más del doble de los que tiene el Dépor (21)„ parecía una misión imposible semanas atrás. Pero ahora sí se puede. A tiro está la cuarta victoria consecutiva en el campeonato regular, una racha positiva inedita desde 2013, precisamente en la anterior etapa de Vázquez en el banquillo. En la primera vuelta aquel curso 2013-14, el del último ascenso, el Dépor se deshizo de forma consecutiva del Castilla, Recre, Mallorca y Ponferradina entre las jornadas 12 y 15. Casi siete años después, sumar doce puntos de doce posibles es una meta de nuevo al alcance de los blanquiazules, al alza tras sus triunfos ante Tenerife „aún con Luis César al mando„, Numancia y Racing de Santander.

Hace tres jornadas la distancia con la salvación era de nueve puntos, un abismo que parecía insalvable para un equipo moribundo que deambulaba por los campos de Segunda. El 14 de diciembre, hace poco más de un mes, perdía 2-0 en Ponferrada para seguir desangrándose y hundirse un poco más en el farolillo rojo de Segunda. Desde entonces, todo ha cambiado. La desventaja con respecto a la zona de permanencia se ha reducido en ocho puntos y ahora solo un punto separa al conjunto coruñés de salir del pozo.

Definitivamente, es un equipo vivo y el gran culpable de esa resurrección es Fernando Vázquez. Sin estridencias y con mucho sentido común, ha dotado a sus futbolistas de las herramientas idóneas para volver a sentirse seguros y recuperar confianza. De la mano del de Castrofeito todos están más cerca de ofrecer su mejor versión, como se demostró el pasado jueves en el vital triunfo ante el Racing. Con su carisma y su carácter reanimador está convenciendo a sus jugadores de que son mejores de lo que aparentaban y eso se refleja en el campo.

Charla con Montero

Es muy exigente, pero a la vez cercano, como demostró ayer sobre el césped de Abegondo al término de la sesión, cuando mantuvo una charla con Javi Montero camino de los vestuarios. El jueves lo sustituyó en la primera parte frente al Racing y el andaluz inicialmente se lo tomó mal, pero pronto entendió que no se trataba de un castigo, sino de una decisión táctica por el bien colectivo.

Al impulso motivacional que ha generado y a la energía que contagia a la plantilla y la afición le acompañan también ese tipo de retoques de pizarra que están sirviendo para resolver los problemas que se presentan, a veces sobre la marcha, como frente al Racing. Empezó con tres centrales, igual que en su reestreno en Soria, pero el gol visitante le hizo variar el dibujo a la media hora para dar entrada a Çolak, retirar a Montero, y pasar a jugar con un defensa menos en busca de soluciones ofensivas. Tras la expulsión del turco volvió a reordenar al equipo con criterio, para luego acabar recuperando la línea de cinco atrás en los últimos minutos con el objetivo de contener con mayor contundencia los últimos arreones del conjunto cántabro.