Todo lo que toca Sabin Merino, con el pie o con lo que sea, va para dentro. Su estado de gracia es extensible a todos sus compañeros, los que estaban y los recién llegados como él, revitalizados por obra y gracia de Fernando Vázquez. No es un mago, pero lo parece. En un mes levantó a un equipo moribundo, casi un cadáver, para convertirlo en una máquina de ganar. Con más o menos brillantez, sufriendo desde la trinchera como ayer, pero con una voluntad decidida de agarrarse como sea a la Segunda División. De momento, el Deportivo respira fuera del descenso por primera vez desde la octava jornada, en septiembre del año pasado. Ese sigue siendo el objetivo, evitar una de las últimas cuatro plazas. Faltan ocho victorias, según las cuentas de Vázquez, un camino largo todavía por recorrer para este nuevo Dépor que sigue imparable tras cosechar en Albacete su quinto triunfo consecutivo. Lo selló Sabin con su afortunado remate, aunque más decisivo aún fue Dani Giménez con su recital de paradas, no solo la del penalti.

Otro final feliz para los de Vázquez, fiel a su dibujo con tres centrales. Con Salva lesionado y con Luis Ruiz entre algodones, el técnico improvisó echando mano de Mollejo para el carril izquierdo y el fadriqueño cumplió con creces sacrificándose en tareas defensivas y estirándose en ataque para dar amplitud y profundidad al equipo. Y eso que el Albacete le buscó mucho las cosquillas desde el arranque, tratando de cargar por su banda la mayoría de sus ofensivas. A base de centros laterales y balones en largo los manchegos obligaron al Dépor a tener que estar mucho más pendiente de defender que de atacar en el tramo inicial, hasta que poco a poco fue fluyendo el fútbol en campo contrario. Los que más sentido le dieron al juego fueron Aketxe y Çolak, al que tuvieron que parar con un sinfín de faltas. Menos apareció Gaku, lejos del nivel que venía ofreciendo en el último mes. Tampoco brilló el debutante Uche Agbo, aún falto de ritmo, pero el Deportivo poco a poco fue sacudiéndose el dominio local para generar cierto peligro. A la media hora de juego Aketxe estuvo cerca de marcar de falta. Montero no llegó por poco a su envío y el balón se envenenó tras el bote para obligar a Tomeu Nadal a evitar el 0-1 con una gran intervención. No fue el único paradón del portero local, que poco después volvió a salvar a su equipo rechazando dos remates seguidos de Somma.

14

Albacete 0 - 1 Deportivo

Crecía el Dépor y de una buena combinación entre Aketxe y Bóveda nació el 0-1 (m.34). El centro del lateral lo desvió la defensa pero el balón golpeó en el cuerpo de Sabin y dibujó una parábola perfecta hacia la portería, imparable para Tomeu. Golpe de fortuna para el que más los estaba buscando. El gol dejó noqueado al Albacete y hasta el descanso el Dépor se sintió muy cómodo con la pelota, sobre todo Çolak, aunque las ocasiones más claras fueron manchegas. Ahí apareció Dani para evitar el empate respondiendo de forma providencial a los intentos de Silvestre, Caballo y Álvaro Jiménez.

Tras la reanudación el Deportivo se metió atrás desde muy pronto. Sufrió mucho para mantener su ventaja ante la escuadra local, que acumuló méritos suficientes como para haber encontrado premio. Ojeda desperdició la primera ocasión clara tras una falta de entendimiento entre Mollejo y Çolak. Luego llegó la infantil mano de Gaku dentro del área y el error de Ojeda desde los once metros. Dani adivinó por dónde lo iba a lanzar y saltó felino para rechazar el balón.

Beauvue entró para pescar alguna contra con la que sentenciar el encuentro. La más clara la inició Dani con un buen saque con la mano que permitió a Sabin correr hacia la portería y conectar con el debutante, cuyo remate se estrelló en el cuerpo de Tomeu. Perdonaba el Deportivo, cada vez más atrincherado en su propia área, pero supo sufrir para frenar los últimos arreones del Albacete. Veinte remates conectaron los manchegos, solo seis entre los tres palos. Se quedaron sin premio por su falta de puntería y los paradones de Dani. 0-1, como en Riazor en la primera vuelta. Ahora el fútbol le sonríe al Dépor. Es su momento. Ver para creer.