Siempre que el Dépor Abanca se dispone a recorrer una senda que cree virgen, encuentra los pasos lejanos, pero aún firmes del Karbo, ese equipo coruñés integrado en el Dépor que derribó barreras y conquistó títulos nacionales en los 80. Donde el próximo martes jugarán Teresa o Gaby ante el Valencia en la Copa de la Reina antes lo hicieron Lis Franco, Inma Castañón o Pili Neira, entre otras, en partidos que incluso sirvieron para llevar copas a las vitrinas blanquiazules, como los que le enfrentaron en 1984 y 1985 al Amasorrain vasco o al equipo de la Peña Barcelonista Barcilona, respectivamente, con el Campeonato de España en juego.

"Debimos jugar ocho o diez partidos oficiales en Riazor aquellos años", avanza Lis Franco, internacional y estilete ofensiva de aquel equipo. "Era especial, mágico, la guinda de la temporada. Eso sí, como toda reivindicación, aquel equipo la vivía con naturalidad. Nunca nos enterábamos de las negociaciones hasta el final y de repente nos decían: 'hay que jugar allí'. Y lo vivíamos emocionadas, pero de una forma muy madura", relata. Pili Neira revive hoy aquel "orgullo" que le recorría el cuerpo cada vez que pisaba ese tapete. "Era un nerviosismo positivo, un sueño. Te sentías futbolista de verdad", rememora.

Riazor registró en aquellos dos duelos cumbre disputados en la matinal del domingo (3 de junio de 1984 y 23 de junio de 1985) entradas de entorno a 4.000 espectadores. Solo se abría para los espectadores las gradas de Tribuna y Preferencia. Aquel grupo de futbolistas llegó a jugar en aquellos tiempos en el Villamarín o en el Camp Nou ante 20.000 espectadores, pero Riazor siempre era especial: "Ya fuese en el campo de Elviña o en el del Olímpico de Rutis, donde jugábamos habitualmente, a nosotras siempre nos venía a ver muchísima gente. Estaban a tope, desbordados. En Riazor no llegaba esos niveles, pero yo sí que notaba ese calor, para nosotras era un ambientazo". Neira rememora duelos "con mucha gente" y anhela que el próximo martes ante el Valencia se supere ese tope de espectadores de los años 80.

El primero de esos dos duelos en los que Riazor empujó camino de un titulo se disputó en 1984. El Karbo dominaba el fútbol nacional desde 1981 y, de blanquiazul y con el escudo del Dépor al pecho, se disponía a jugar la ida de la final ante el bisoño Amasorrain de la hermanas Bakero. Un equipo nacido a partir de una academia en Os Mallos se medía a una formación que había brotado de una ikastola y que años más tarde ganaría también títulos.

Aún con José Mañana en el banquillo,el Karbo Deportivo ganó 4-2 aquel día y le esperaba San Sebastián, donde perdió 2-1 y sufrió, pero acabó proclamándose campeón. "Ya en la ida la última media hora había sido muy difícil, sabíamos que algo no iba bien, y en la vuelta el campo estaba pesado, un partido muy de Atocha (hubo 7.000 espectadores en el antiguo campo de la Real el 10 de junio). Pero el Karbo sabía moverse en distintas aguas, si tenía que jugar un partido bronco o un poco feo entre comillas, también sabía hacerlo", explica. El triunfo tuvo eco en la ciudad y fuera de ella con Inma viajando a Madrid y asistiendo a programas de televisión para contar en primera persona la hazaña. Era la primera copa nacional que pasaba directamente a las vitrinas del Dépor tras la integración del club en la estructura blanquiazul.

Un año después, tras superar en semifinales al Amasorrain (ahora Añorga) por un global de 9-1, fue Riazor el testigo final de la proeza. Esperaba con cinco internacionales el Barcilona, que se quedó con uno menos durante el duelo. Al final de la prórroga seguía el 2-2 y las penas máximas sonrieron a las coruñesas. "Nos costó, hasta fallé un penalti, algo que no me pasaba a menudo", rememora Lis Franco.

El momento adecuado

"Que el Dépor Abanca juegue ahora en Riazor es un paso que hay que dar y creo que es el momento porque la gente está enganchada". La delantera del Karbo bendice el camino tomado de cara al martes 11. Pili Neira está "muy contenta" por la decisión adoptada y espera que "las chicas disfruten" de toda la experiencia en el estadio, que puedan paladear hasta los más pequeños detalles. Franco desea que, más allá de que gane y se clasifique el Deportivo, se pueda "ver un buen espectáculo porque será un día importante para todo el fútbol femenino, no solo para el club". Del Karbo al Dépor Abanca, Riazor abre de nuevo sus puertas al fútbol femenino oficial.