Tardó más de 30 años en regresar a la que es su casa y no lo hizo de cualquier manera. El Dépor Abanca arrolló a un frágil Valencia en la vuelta del fútbol oficial blanquiazul al coliseo coruñés. Una demoledora Athenea y, sobre todo, una certera Peke enterraron la mínima resistencia del equipo ché ante 7.500 espectadores que disfrutaron al máximo y que se quedaron con ganas de más. Hubo nervios, goles y emoción. Habrá más. El equipo de Manu Sánchez sigue adelante en la Copa de la Reina y ya espera rival en cuartos tras recuperar su mejor versión, veloz y combinativa, para redondear una velada mágica.

Ya era bastante cambio de rutina dejar Abegondo para estrenarse en Riazor y por eso no quiso tocar muchas piezas. Realmente, tiraba de su equipo de gala con la importante salvedad de apostar por Bedoya en detrimento de Villegas. La ex del Madrid CFF ha sido uno de los baluartes defensivos esta temporada, pero quizás le pudo pasar factura el primer tanto del Athletic hace unos días en Primera Iberdrola. Y el equipo coruñés fue el mismo de siempre. Ahí sí recuperaba la rutina, algo que no suponía ni mucho menos un detalle menor. Su apuesta por un fútbol alegre y combinativo se había resentido en las últimas semanas y los resultados también. Ningún equipo es ajeno a los baches y mucho menos un recién ascendido, a pesar de estar haciendo historia casi cada semana. El escenario, aunque ilusionaba, también imponía. Son humanas.

Casi todas, menos Peke y Athenea. Las dos salieron decididas a destrozar al Valencia, cual escopetas de repetición, y lo consiguieron. Primero marcó Athenea a pase de Peke, después Peke a pase de Athenea con Gaby como protagonista pasiva. Menos de un cuarto de hora y ya lucía el 2-0 en el marcador para disfrute de los fieles deportivistas presentes en la grada. Las facilidades defensivas ché eran sonrojantes, allanaban mucho el camino. Olía a goleada.

Pronto el Valencia rebajaba la euforia cuando Guerrero aprovechaba un fallo en la salida de balón del Dépor. 2-1. En la jugada se pudo ver una genialidad de Mari Paz Vilas, una futbolista de gran nivel, una histórica en Galicia, muy poco acompañada por sus compañeras en este Valencia. El tanto mejoró al conjunto visitante, que subió líneas. Su oposición duró algo menos de un cuarto de hora, el tiempo que tardó en volver a marcar Peke, con Athenea de nuevo involucrada en la acción. Pudo llegar el 4-1 casi de inmediato en una jugada de Peke tras un saque de esquina de Teresa. No se movería el marcador antes del descanso, a pesar de las opciones que tuvieron las coruñesas.

Lo que podía haber sido un paseo acabó convirtiéndose en un sufrimiento. Leve y momentáneo, pero sufrimiento. Si el Valencia concedía atrás, no hacía menos el Dépor. Su fragilidad le condenaba a estar en el alambre y a exprimir a la dupla Athenea-Peke. A los tres minutos de la reanudación, el conjunto ché aprovechaba otra pérdida en la salida de balón y un gran centro de Calligaris para que Mari Paz marcase a placer el 3-2. Habia partido, muchísimo.

Fueron diez minutos de incertidumbre en Riazor, más por el resultado en sí que por las sensaciones tras el tanto. El Dépor Abanca adelantó líneas, se lanzó a la ofensiva y, claro, se encomendó a la pareja Athenea-Peke. Fue, precisamente, esa dupla la que desencalló el duelo. Pelea de la cántabra, carrera y centro a la vasca. Gol, 4-2. Insistía el Dépor, se estiraba el Valencia, que aún no se veía fuera del duelo... hasta que llegó el quinto. Peke lograba el póker propio resolviendo tras varios rechaces en el área, su socia también estuvo presente en la jugada.

Quedaban 20 minutos y el choque estaba roto. Riazor disfrutaba, las jugadores del Dépor presidían el festín. Soltaban músculo, paladeaban la situación, el escenario. Teresa Abelleira certificaba el set a pase de Gaby antes de ser sustituida. Mari Paz pudo recortar, María fue la que amplió en el descuento; llegaba el 7-2 definitivo. Peke, insaciable, quería más. Al Dépor tampoco le llega en esta Copa de la Reina. Que pase el siguiente, siempre en Riazor.