Era un partido que ya tenía un hueco de antemano en la historia, así que el Deportivo Abanca se propuso firmar una actuación que permitiera amplificar el recuerdo de su estreno en competición oficial en Riazor. Arrolló al Valencia en los octavos de final de la Copa de la Reina con una actuación estelar de Peke y Athenea e hizo disfrutar a los casi 8.000 aficionados que poblaron las gradas del estadio. De eso se trataba también.

Lo que no se le puede negar al conjunto de Manu Sánchez es que en todos sus partidos casi sin excepción, para bien o para mal, suelen ocurrir cosas. Normalmente es para bien después de un inicio de temporada que le ha permitido amarrar la permanencia con la suficiente antelación como para soñar en dejar también su sello en esta remodelada Copa de la Reina, pero su atrevimiento también le juegan malas pasadas. Sus partidos son vertiginosos, divertidos y arriesgados a partes iguales, como quedó ayer demostrado en el primer acto del partido contra el Valencia.

Enseguida Athenea adelantaría el Dépor tras una jugada por la banda derecha que embocó en el primer palo. No tardaría mucho Peke en ampliar la ventaja, de manera que al cuarto de hora el equipo blanquiazul ya manejaba una renta de dos tantos.

Esa superioridad, sin embargo, no la supieron administrar las deportivistas por una mezcla de inexperiencia y confianza. El Valencia lo intuyó en cuanto comprobó que el conjunto de Manu Sánchez empezaba a partirse por el centro del campo en busca de lo que, en apariencia, se le presentaba como una goleada. La salida del balón comenzó a atragantársele a la pareja de centrales formada ayer por María Méndez y la colombiana Lorena Bedoya, debutante como titular en sustitución de Villegas. Ninguna de las dos encontraba a Tere, Iris o Alba Merino para conectar, de modo que el Valencia adelantó líneas para incomodarlas más si cabe.

Le surtió efecto poco después de que Peke marcara el segundo. Bedoya se complicó, le robaron la cartera y Guerrero terminaría recortando distancias. Fueron minutos de zozobra para el Deportivo Abanca, que no supo interpretar el partido que le planteó su rival a partir de entonces. Amagó con allanar el empate en alguna que otra salida arriesgada desde atrás, pero aguantó en la medida en la que Teresa Abelleira fue ganando más presencia con la pelota y Peke y Athenea se centraron en incordiar a una defensa valencianista a la que terminarían desquiciando.

De una jugada entre ambas nacería el tercero poco antes del descanso para traducir al marcador la superioridad que por entonces mostraban las deportivistas. La fórmula de ese tanto, con una encarando y la otra rematando, la explotarían hasta destrozar al Valencia en la segunda mitad. Y eso que el arranque tras el paso por los vestuarios no hacía presagiar nada bueno.

Otra vez las visitantes se meterían en el partido merced a un error blanquiazul. Alba Merino se equivocó en el inicio de una jugada y la gallega Mari Paz Vilas volvería a poner al Valencia a un tanto de distancia.

De nuevo aparecieron las dudas y de nuevo se encargarían de espantarlas entre Athenea y Peke, convertidas en un torbellino ofensivo para que la segunda acabara firmando cuatro dianas. La goleada deportivista la cerrarían Teresa Abelleira y María Méndez, que redondearía un espléndido partido en defensa. Los cuartos de final ya esperan.