Dos equipos que aspiraban al ascenso a Primera División, que apostaron fuerte en su zona de ataque y que finalmente se ha reconstruido desde la defensa. Los nombres de Cristhian Stuani y Sabin Merino imponen en esta división de plata, pero donde se cimienta la reacción de Dépor y Girona en las últimas semanas es en un viraje defensivo.

Los catalanes visitan hoy Riazor con la credencial de llevar 207 minutos imbatidos, algo más de dos partidos en los que Asier Riesgo no ha tenido que recoger ningún balón del fondo de su red. El equipo coruñés no es menos y su metamorfosis ha sido, si cabe, más marcada, ya que de ser el equipo más goleado del campeonato ha pasado a ser una roca de la mano de Fernando Vázquez. Desde la llegada del técnico de Castrofeito y su apuesta por una defensa de cinco, el grupo de Abegondo solo ha encajado dos tantos en los últimos seis partidos, la verdadera clave para hacer un pleno en este periodo. Solo el Zaragoza, que tiene un partido menos por el aplazamiento del enfrentamiento ante el Albacete, ha sido más inexpugnable al recibir solo un gol. El Girona ha encajado tres tantos en el mismo periodo de tiempo, desde el fin de semana del 4 y 5 de enero.

El Girona, de momento, no cumple sus objetivos, ya que es de largo el club que tiene un mayor tope salarial, y es también una escuadra de contrastes. El equipo de Martí es uno de los mejores como local, pero sus números decrecen de manera alarmante cuando deja Montilivi. De ser el segundo mejor con 30 puntos en 14 partidos cuando juega ante su gente a ser el décimo noveno en una hipotética clasificación de encuentros fuera de casa con 11 en 13 choques. Solo ha ganado tres partidos como visitante, en Santander, Almendralejo y Fuenlabrada. Los dos primeros en octubre y noviembre y el último hace menos de quince días en su último desplazamiento.