La asombrosa racha del Deportivo encontró ayer su punto y final en Zaragoza después de siete victorias y un empate que permitieron al equipo asomar la cabeza fuera del descenso. Dos meses de alegrías en los resultados y sensaciones positivas tuvieron su epílogo en un partido condicionado por los errores blanquiazules y en el que el conjunto de Fernando Vázquez se pareció un poco menos al que encadenó triunfos semana tras semana. Dio un paso adelante con el balón, pero dos atrás sin él en una tarde en la que la propuesta del técnico iba a ser examinada por primera vez desde la lesión de Somma.
La solidez defensiva que se convirtió en bandera de este Deportivo renacido saltó por los aires en dos saques de esquina mal defendidos y en una carrera de Peru Nolaskoain con Luis Suárez en la que al jugador blanquiazul le faltó contundencia. Al vasco le saltaron las costuras en una posición que no es la suya y que le parece ajena por más que su entrenador insista en que, a falta de recambios naturales, es quien mejor se adapta a ella.
Nolaskoain estuvo casi siempre como pez fuera del agua después de ser clave en el resurgir del equipo como escudero de Gaku en el doble pivote. El japonés también notó su ausencia, obligado a un recorrido mayor para acudir a las disputas. En dos llegó tarde y se llevó una expulsión que deja otra pieza suelta más en el complicado puzle en el que se ha convertido el equipo desde la lesión de Somma.
Esos fallos „lo hundido que defendió el equipo los saques de esquina que dieron origen a los dos primeros goles, lo fácil que le ganó la posición Atienza a Mujaid en el segundo y lo blando que estuvo Nolaskoain en el tercero„ impidieron que luciera el paso adelante con la pelota. Hubo buenas combinaciones del Deportivo para asomarse por el área del Zaragoza y contrarrestar su presión adelantada que planteó Víctor Fernández.
