El Dépor Abanca combate el aislamiento haciendo piña a diario desde la distancia. Mantiene altos los niveles de cohesión gracias a una estrategia psicológica ideada por el cuerpo técnico encabezado por Manu Sánchez y desarrollada por la fisioterapeuta del equipo, Andrea SeijoManu SánchezAndrea Seijo. Ella se encarga de proponer para cada jornada una tarea diferente, siempre distendida, para que todos „jugadoras, entrenadores, fisios y servicios médicos„ hagan un vídeo de medio minuto realizando esa actividad y lo compartan con los demás en el grupo oficial de wasap del que todos forman parte.

El primer reto „coreografía de 30 segundos„ lo inició la capitana, Miriam Ríos, que eligió Menea la pera para danzar. Y detrás de ella, todos los demás bailaron esa misma canción, incluido el técnico. "Estoy muy contento de cómo está funcionando y de cómo todos están participando, hasta el doctor [Alejandro Mejuto]. Yo mismo hice el baile „ relata Manu Sánchez„. Buscamos que todo el mundo esté animado y durante ese determinado tiempo al día estemos todos conectados".

Seijo es quien pauta ese reto diario por su "cercanía" con las jugadoras. "Si lo planteo yo es como una orden y si lo plantea Andrea es como animar a hacer algo", argumenta Manu. Entre las tareas compartidas: dar toques con el pie a un rollo de papel higiénico como si fuera un balón, una habilidad en la que brilló Tere Abelleira; descubrir cómo desayuna cada una; o elegir el mejor once de la Primera Iberdrola con elementos de la casa, como muñecos, figuras o botellas. También de esa iniciativa nació la poesía Parar el tiempo, compuesta por Andrea con las palabras y frases que cada jugadora envió por vídeo sobre sus sensaciones en confinamiento. Ayer tocó volver a bailar, esta vez al ritmo de Haka, el himno de LaLiga. "Esas dos horas estamos todos pendientes de que cada una suba su vídeo. Es una manera de estar todos juntos, aunque sea a través del teléfono, y pendientes de los demás, todos en grupo de alguna manera", explica Manu.

Al margen de esa estrategia psicológica, los planes individuales de entrenamiento los pauta la preparadora física, Lucía Piñeiro, que adaptó las rutinas a las condiciones especiales de tener que trabajar bajo techo y en confinamiento. La mayoría de las jugadoras no dispone de material de gimnasio en sus domicilios, así que Piñeiro moldeó los ejercicios para poder realizarlos con artículos básicos, como botellas de agua, que sirven de pesas, o toallas, que las futbolistas blanquiazules utilizan como gomas elásticas.