El regreso a los entrenamientos parece todavía lejano para la plantilla deportivista en el caso de una hipotética vuelta a la competición, pero el cuerpo técnico se prepara para un escenario en el que deberá poner a punto a los jugadores después de semanas confinados en sus hogares con unos planes de entrenamiento condicionados a esta situación provocada por la epidemia de coronavirus. No hay precedente similar, ni siquiera en periodos de vacaciones prolongadas, y la respuesta física de los jugadores es una incógnita incluso para los clubes.

"Esta es una situación anómala y que nunca había ocurrido", advierte el preparador físico del Deportivo, Manuel Pombo. Los futbolistas están encerrados en sus casas y eso afecta no solo al estado físico sino también al mental. "Esto no son vacaciones, es un periodo de confinamiento y los indicadores de estrés son muy elevados para todas las personas porque es una situación a la que nos enfrentamos por primera vez en nuestras vidas. Tratar de desarrollar un entrenamiento profesional en esas condiciones está siendo una incógnita. La respuesta que van a dar los organismos de los jugadores podré comprobarla cuando volvamos a hacer entrenamientos colectivos", añade.

Sobre esa base trabaja el preparador físico deportivista, quien ya asume que será necesario un periodo de readaptación a los entrenamientos para retomar la competición con garantías. Pombo considera que deben ser un mínimo de 20 días, pero el periodo debería ampliarse para asimilar todo el trabajo de la "minipretemporada" a la que deberá someterse la plantilla.

"Digamos que en 20 días no estaríamos hablando de un periodo en el que la musculatura del organismo se adapte a la alta intensidad del tipo de esfuerzos del juego real", avisa Pombo. "Con 20 días estaríamos en un nivel inicial de adaptación de los jugadores para poder competir. Sin embargo, si hablamos de periodos ideales, yo me iría siempre a los 30-40 días para cumplir un ciclo de recuperación celular", puntualiza.

Los esfuerzos se centrarán en que los jugadores se vayan acostumbrando de nuevo a la dinámica del juego, porque en el seno del cuerpo técnico no existe el temor a una caída pronunciada en el rendimiento físico. "El único problema que nos podemos encontrar es perder algo de masa muscular por el tipo de entrenamiento en confinamiento", destaca Pombo. "Los jugadores van a venir con una condición física neuromuscular y cardiovascular muy buena", asegura. "Lo único es que esa condición física específica de jugar al fútbol, la resistencia, la fuerza y la velocidad con el balón, y las situaciones tácticas son las que no podemos estar estimulando este tiempo y es lo que hay que reconstruir en la vuelta", amplía Manuel Pombo acerca del trabajo necesario en cuanto se levanten las medidas de contención del virus y se permita volver a los equipos a los entrenamientos.

LaLiga, en ese sentido, ha preparado un protocolo que incluye sesiones en grupos reducidos que el preparador físico deportivista definió como "un borrador".