Eneko Bóveda entrena por las tardes durante el confinamiento. Las mañanas las tiene ocupadas haciendo de profe para Niko, su hijo de tres años, junto a su mujer, Ane, y Garazi, la hermana del futbolista. Estaba de visita cuando se decretó el estado de alarma, así que tuvo que quedarse para cumplir la cuarentena. Los cuatro conviven en su casa de Oleiros, donde se sienten "privilegiados por tener unos metros de jardín". Ver al crío crecer feliz les ayuda a combatir mejor el aislamiento: "Estamos muy sorprendidos de cómo está reaccionando el pequeño. Es verdad que estamos pasando más tiempo que nunca con él y realmente lo está agradeciendo. Lo vemos casi mejor que nunca y eso nos hace llevar bastante bien esta situación".

Lo único positivo de este paréntesis, por buscar algo, es que le ha permitido recuperarse de su lesión.

Sí, poniéndonos lo más egoístas posibles, nos ha librado de perdernos la dinámica del equipo, de poder perder el puesto y las sesiones con el grupo. Ahora digamos que eso está solventado y cuando volvamos todos partiremos en igualdad de condiciones, o por lo menos aptos y con opciones de que nos elija el míster.

¿Cómo es la rutina en casa de los Bóveda?

Lo primero que hicimos fue mirar el horario escolar que tiene el crío, de nueve a dos. Lo que hemos hecho es la mañana hacerla igual. Si toca arte, pues hacemos arte; si toca música, pues nos inventamos algo de música; lo que toque. Tenemos la suerte de que tenemos un pequeño huerto en el jardín. Yo suelo entrenar después de comer, porque por la mañana intentamos respetar el horario de la escuela para no ser repetitivos pero sí exigentes y que él sepa que no todos los días son fiesta, sino que los días libres siguen siendo sábado y domingo. Después de comer entreno, mientras él echa la siesta, y luego vamos sobre la marcha, intentando hacer algo que nos pueda entretener a todos.

¿Se valoran más las pequeñas cosas ante una crisis así?

Sí, por supuesto. Evidentemente queremos volver a nuestras rutinas pero, mientras tengamos salud, estamos viendo que estamos muy bien, que la familia se mantiene en buena armonía y que el niño va creciendo a gusto con nosotros. La salud es lo primordial. Pase lo que pase, tampoco estamos para quejarnos porque nuestra situación económica es solvente. Esa es otra de las grandes preocupaciones que ahora se dan y de la que nosotros digamos que estamos un poco más libres. Hay mil trabajos que ahora se están viendo afectados. Mando ánimos y abrazos a esa gente que está viviendo, además de con la preocupación por la salud, con cierta incertidumbre laboral.

¿A los futbolistas del Dépor también les va a tocar seguro hacer un sacrificio económico?

Está todo por ver, está todo en el aire. Sería raro que, en una situación en la que se intuyen pérdidas económicas en todos los lados, no nos viéramos afectados, y más cuando ya hay unos cambios porque no estamos jugando. Va a ser difícil salir indemnes. ¿Imposible? Tampoco. Nunca sabes. Las decisiones se van a ir tomando según marche la cosa pero tampoco sabemos cuál va a ser la evolución. Entonces, yo creo que tampoco tenemos razones para ponernos en lo peor. Veremos nuestro sector cómo se ve afectado y cómo las diferentes partes se ponen o no de acuerdo para tomar ciertas decisiones, y si esas decisiones afectan más o menos a los jugadores o a todo el futbol en general.

¿Cómo marcha esa negociación entre el Dépor y la plantilla para una rebaja salarial?

El club está en muy buena sintonía con nosotros. Lo que nos transmite es que tengamos en cuenta que es una situación excepcional y que se presuponen ciertas pérdidas que lo normal es asimilarlas un poco entre todos. Hay muchas cosas en el aire que hacen que haya que andar con cuidado para pronunciarse: no sabemos si se va a jugar o no, si será a puerta cerrada o abierta, el calendario... Todos tenemos nuestros miedos y por eso ya vamos preparando el terreno, pero la realidad es que hasta que el escenario esté claro no me parece tampoco muy real estar pegándonos por una situación hipotética. Ahora mismo se han dado los primeros contactos en la mejor de las sintonías, sobre todo para las dos partes comprometernos a hacer un esfuerzo si la situación lo requiere. Yo creo que el objetivo del club es sentir la seguridad de que en un momento dado los jugadores vamos a ayudar y sabe que estamos por la labor de ayudar al club si lo necesita. Se van perfilando diferentes escenarios que puede haber y el club va haciendo cálculos sobre cuáles serían los impactos en cada uno, y ahí ya sería una segunda fase de propuestas y negociaciones, donde se iría más a los números.

¿Cree que se acabarán completando las jornadas que faltan? ¿Es optimista al respecto?

Es que no me atrevo a hablar mucho. Por una parte, da vergüenza hablar de algo que ahora es tan secundario en la mente de la gente, porque lo único importante ahora es la salud. Si me das a elegir entre ser optimista o pesimista, que al fin y al cabo cuesta lo mismo, prefiero pensar que la competición se va a reanudar y realmente con esa ilusión entreno todos los días.