El Deportivo ha encontrado desde la llegada de Dani Giménez una estabilidad plena en la portería blanquiazul, escenario en las últimas temporadas de un auténtico baile de guardametas. Hasta cinco diferentes desfilaron el año del último descenso „Tyton, Rubén, Francis, Pantilimon y Koval„ sin que ninguno fuera capaz de consolidarse. Tras caer a Segunda, el club coruñés apostó por el veterano meta gallego, que venía de jugar muy poco las anteriores temporadas en el Betis. Desde el primer momento ofreció un rendimiento notable, convirtiéndose en indiscutible para los cinco entrenadores que lo han dirigido a lo largo de estos dos años en Riazor: Natxo González y Martí la pasada campaña, más Anquela, Luis César y Fernando Vázquez en esta. Dani Giménez lo ha jugado todo en Liga desde su llegada y ya acumula 76 encuentros consecutivos. Un dato "bonito" para el arquero blanquiazul, cuyo "objetivo primordial" sigue siendo el de devolver al Deportivo a Primera.

El pasado curso completó 41 encuentros en el campeonato regular „todos salvo el de la segunda vuelta frente al Reus, expulsado de la competición„ y luego también jugó los cuatro del play off. En total, 45 partidos, más los 31 que lleva en la actual campaña. Suma y sigue, aunque lo que más ansía es alcanzar las metas grupales, siempre por encima de las individuales: "Vine aquí para subir con el Dépor y estabilizar al equipo en Primera y ese es mi objetivo. Evidentemente, bienvenidos sean todos los premios, entre comillas, individuales que pueda tener por el camino, pero mi objetivo primordial es el de ascender. Hasta que no lo consiga no voy a parar quieto", promete el portero, que en julio cumplirá 37 años. Su continuidad bajo palos le ha servido para garantizarse la renovación automática por una temporada más, que será la tercera del meta gallego en el equipo coruñés. Prefiere no pensar más allá de un año vista porque "luego va a depender mucho de cómo esté el cuerpo".

Desde el primer día en el Deportivo demostró la ejemplar profesionalidad que siempre lo ha caracterizado, hasta el punto de hacer un gran esfuerzo por competir siempre y no perderse ningún partido pese a sus recurrentes dolores en la zona del pubis, que llegaron a ser muy fuertes.

"Físicamente he tenido una pubalgia y problemas de abductores por forzar. Si hubiera descansado... pero justo fueron partidos en los que era mejor jugar porque la situación del equipo era crítica y a lo mejor también era complicado para mi compañero jugar en esa situación. Es cierto que jugué dos partidos con un dolor bastante grande, pero es lo que toca". Las últimas jornadas previas al parón competitivo "ya estaba mejor" de esas molestias y ahora aprovecha el paréntesis liguero para superar por completo ese problema físico con el objetivo de seguir ayudando al Dépor a alcanzar la salvación en las once jornadas que faltan.