El día que Lendoiro fichó en el mercado de invierno de 2013 a Paulo Assunção Lendoiro Paulo Assunçãopara salvar al Deportivo del descenso, no solo contrató al pivote del Atlético. Con él llegaron también a las categorías inferiores del club sus hijos João y Gustavo, que ahora se abre paso en Portugal como una de las estrellas emergentes de la Liga Nós en la revelación Famalicão y con el Benfica atento a sus pasos, mientras gestiona Jorge Mendes su futuro. Fueron solo unos meses integrado en la estructura deportivista que ya anunciaban que se convertiría en un mediocentro cortado por el mismo patrón de su progenitor, un recuperador con trayectoria a ambos lados del Atlántico.

Pie de foto: Gustavo Assunção domina un balón en un partido de la primera división portuguesa con el Famalicão ante Os Belenenses.

"Se parecía mucho al padre", tercia Roberto Veres, técnico de aquel Infantil B que recibió al mayor de los hermanos en aquella fugaz aventura. La contratación vino condicionada por la llegada del padre, pero el técnico, aún en la estructura deportivista, reconoce que su incorporación le vino como "agua de mayo" porque tenía una plantilla corta, sin muchos pivotes. "Robaba, abarcaba una barbaridad de campo. Era listo, siempre estaba bien colocado. Yo le ponía de 6, aunque en el Atlético, cuando regresó a su cantera, le hacían jugar más adelante", apunta de un futbolista al que ahora en Portugal han vuelto a retrasar su posición coincidiendo con lo que le pedían en A Coruña.

En aquel vestuario estaban Javi Armas, ahora becado en Estados Unidos; los gemelos Pérez Buján que están a caballo del Fabril y el Arzúa; y David Rojo, aún deportivista y que está temporada ha estado cedido en el Silva y en el Paiosaco. El delantero fue quien más congenió con Gustavo. Fue por una casualidad y aún mantienen el contacto. "Por entonces el coordinador de las categorías inferiores era Miguel Gamallo y el día que vino Gus me dijo que me encargase de él, que lo apadrinase, por decirlo de alguna forma. Y así empecé a sentarme a su lado en el vestuario. Nos hicimos muy amigos y al final iba bastante a su casa, me quedaba incluso a dormir", relata. Coincide con Veres en lo "listo" que era en el terreno de juego y aún tiene grabado "algún caño" que hacía en aquellas sesiones de niños. Hoy en día las señas de identidad de su juego son las mismas. "Roba mucho, da continuidad, no pierdes balones... Es muy bueno", sentencia Rojo.

Pie de foto: Gustavo Assunção, 4º por la derecha agachado, con el Infantil B del Dépor.

El técnico recuerda que se había "adaptado al grupo de manera espectacular" y que había hecho "un soberbio torneo" en la Semana Santa de 2013 en Lisboa cuando solo llevaba unas semanas en el Dépor. Veres pudo hablar con su padre con motivo de la disputa de la Liga Promises en 2018. "Yo tenía relación con la familia porque a veces iba a buscarlo a casa para llevarlo a entrenar. Siempre estaban agradecidos y cuando Paulo vino a hablar conmigo hace dos años me lo recordó", cuenta.

Una visita pendiente

Una visita pendienteDavid Rojo continúa con la relación y, de hecho, su madre contactó con él hace poco para que le grabase un vídeo de felicitación por el 20 cumpleaños de Gustavo. Aún tiene una visita pendiente a Portugal. "Iba a ir a verlo y quedarme una noche con él allí, pero con esto del coronavirus... Sé que está a gusto en el Famalicão. No se le puede decir que no a un grande, pero él querrá jugar. Tiene muchísimo nivel".