Riazor y Abegondo están en plena forma pese a la inactividad, radiantes para que el balón vuelva a rodar cuando las autoridades sanitarias lo permitan. "Por sacar algo positivo de todo esto que está sucediendo, al césped le ha venido bien, espectacular", explica Iván Sánchez, director de instalaciones y mantenimiento del Deportivo. Él es una de las poquísimas personas que han pisado el estadio y la ciudad deportiva en mes y medio, desde el último entrenamiento dirigido por Fernando Vázquez, el 13 de marzo. Además de Sánchez, solo acuden los cuidadores de los terrenos de juego y una limpiadora, que nunca coinciden entre ellos. En total, cuatro personas a la vez, como máximo, en Abegondo, y dos en Riazor.

El número de operarios que cuidan los campos -cinco en la ciudad deportiva, en nómina del club; y dos en el estadio, de cuyo mantenimiento se ocupa una empresa externa, Royalverd- se redujo a la mitad desde el cierre de las instalaciones: tres en Abegondo y solo uno en Riazor. El objetivo: tener siempre disponible un equipo B para cada instalación, listo para seguir desarrollando las tareas si alguien de la primera unidad resultara infectado. De momento, no se ha registrado ninguna incidencia. Las medidas de prevención son muy estrictas. En Abegondo, por ejemplo, los tres jardineros se cambian en vestuarios diferentes y nunca trabajan dos en un mismo campo: "La clave de todo esto es que no coinciden. Así evitamos problemas".

"A día de hoy tanto Riazor como absolutamente todos los campos de Abegondo están perfectos, 100% operativos, pendientes solo del pintado, que se hará unos días antes de que se reanuden los entrenamientos. Este parón a los campos les ha sentado espectacular. Al no tener estrés, la planta está en un estado natural y consigues que todo se recupere", argumenta Iván Sánchez. La previsión de LaLiga era iniciar las sesiones individualizadas el 4 de mayo, pero se retrasarán, como mínimo, hasta mediados del mes que viene. Mientras, el Deportivo sigue preparando sus campos, que sin fútbol han recuperado toda su vitalidad.

Aprovechando este paréntesis competitivo, los cuidadores procedieron a realizar abonados "para mantener el nivel de calidad óptimo de la planta" y siegas "dos o tres veces por semana" con una altura de la hierba tres milímetros superior a lo habitual -25 en vez de 22- "para oxigenar mejor". Además, se siguió con un "exhaustivo control de las enfermedades" para evitar sorpresas desagradables. También se realizaron "escarificados superficiales", que consisten en "rascar con unas cuchillas entre planta y planta para eliminar la materia orgánica muerta", así como "aireaciones extractivas" mediante "pinchados huecos".

Muchos mimos pensando no solo en lo más inmediato, volver a entrenar y acabar la liga, sino también a medio plazo porque "la competición se va a alargar y en verano no vamos a tener tanto margen para recuperar los campos de cara a la siguiente temporada". "Lo que se está haciendo es sentar un poco las bases para luego acelerar el proceso del verano", avanza Sánchez.

Antes de que los jugadores retomen la actividad, "cuando toque", el club también procederá a una "desinfección total" de la ciudad deportiva. Mientras tanto, "todas las instalaciones están operativas, en letargo a la espera de activarse para poner todo en marcha".