Si finalmente se retoma la Liga, cada uno de los once partidos que le faltan al Deportivo supondrán una final, porque la competición estará a expensas de las decisiones de las autoridades sanitarias, que podrían detenerla de nuevo en cualquier momento si las circunstancias los requiriesen. Y si se produce una nueva suspensión, ya no habrá más oportunidades, la clasificación en ese momento determinará los ascensos y los descensos.

Javier Tebas, presidente de LaLiga, está empeñado en dos cosas: en que se reanuden los partidos y en que una vez se concluya el torneo haya premios y castigos. Ya lo advirtió el máximo mandatario de la patronal del fútbol español. De ahí la importancia de que los deportivistas sumen de a tres ya en la primera oportunidad, que sería en Riazor contra el Sporting de Gijón, para tratar de abandonar el 19º puesto que ocupa en la actualidad.

Está en descenso el Deportivo, bajaría a Segunda B si no se volviese a jugar, y de ahí tiene que salir, aunque dependa ahora de los resultados de sus compañeros de viaje, en especial el Albacete y el Oviedo, con los que está igualado a 35 puntos. Los manchegos tienen pendiente el partido suspendido en Vallecas en la jornada 20. Si suma, dejaría a coruñeses y asturianos igualados y pendientes de medirse en la segunda jornada de la reanudación, la primera salida tras el Sporting.

Ese encuentro puede marcar el devenir de la clasificación, porque ambos equipos se jugarán tres puntos y el golaveraje particular. El conjunto carbayón fue el que inauguró la temporada en Riazor, donde perdió por la mínima (3-2) un encuentro en el que los blanquiazules empezaron con un concluyente 2-0; pero los astures igualaron (2-2) y menos mal que Christian Santos llegó al rescate en el minuto 88 para firmar el tanto del triunfo. Perder en el Tartiere sería malo, y ceder el golaveraje particular, peor.

Ganar, ganar y volver a ganar, que decía el ilustre Luis Aragonés, eso es lo que le queda a los hombres de Fernando Vázquez, porque en esta ocasión es posible que no haya más oportunidades. El Deportivo, como todos los equipos, tiene que aferrarse al partido que le corresponda como si fuese el último, porque una vez finalizada una jornada, nunca se sabrá si se llegará a disputar la otra.

El Deportivo tiene que sumar para superar a sus adversarios en la clasificación, con eso le bastaría. De ahí la trascendencia del segundo encuentro, el de Oviedo -si se llega a disputar- porque sería cuando como mínimo empezaría a depender de sí mismo otra vez, con cinco partidos en Riazor y cuatro a domicilio, en el caso de que llegue al final la competición. Además del Oviedo, los coruñeses tienen pendiente el choque contra el Extremadura, sería en Riazor, de los equipos de abajo, y a Málaga, Tenerife y Fuenlabrada, de los próximos.