Paso a paso, la normalidad se asoma por la ciudad deportiva de Abegondo. La actividad en las instalaciones habituales de entrenamiento del equipo va pareciéndose poco a poco a la de antes de que el coronavirus interrumpiese la competición y la manera en la que se entendía el fútbol. Los jugadores siguen sin poder utilizar los vestuarios y tal y como terminan los ejercicios se meten en su coche para marcharse a sus casas, pero desde ayer ya pueden trabajar por grupos. Tienen que ser como máximo de diez jugadores, así que Fernando Vázquez dividió al equipo en tres tandas para empezar a realizar tareas tácticas después de las sesiones individuales de la semana pasada.

Los entrenamientos aún son precarios, lejos de cómo deberían serlo en un conjunto de élite, pero eso no quiere decir que el técnico deportivista vaya a permitir que sus jugadores se lo tomen menos en serio. Ayer estuvo encima de ellos para que la tensión fuera la correcta en los ejercicios de basculación, circulación de la pelota y remates con los que recibió a cada grupo.

Las estrictas medidas de higiene que presiden las sesiones desde que se permitió a los equipos regresar al trabajo con vistas a reanudar la competición a mediados de junio siguen presentes en la ciudad deportiva. Los balones que ayer ya de manera normal emplearon los jugadores eran desinfectados con asiduidad por el personal auxiliar que comparte con ellos las instalaciones de Abegondo mientras la normalidad no se impone. También se trató de evitar en todo momento que los diferentes grupos de jugadores coincidieran sobre los campos.

Los turnos se organizaron para eso. En el primero estuvieron Álex, Peru, Vallejo, Luis Ruiz, Uche, Christian, Valín y Keko; en el segundo, Vicente, David Simón, Salva Ruiz, Gaku, Aketxe, Juan Rodríguez, Beauvue, Sabin Merino, Dani Giménez y Álex Cobo; mientras que en el tercero trabajaron Mollejo, Çolak, Ba, Borja Valle, Koné, Montero, Mujaid, Gandoy, Alberto y Jovanovic.