Riazor se convirtió desde comienzos de año en el mejor aliado del equipo para la escalada que protagonizó desde el fondo de la clasificación. El estadio deportivista empezó a encadenar entradas por encima de los 20.000 aficionados coincidiendo con la llegada de Fernando Vázquez hasta colocarse como líder en cifra de espectadores y promedio de asistencia en la segunda vuelta. La epidemia de coronavirus, sin embargo, truncó la inercia de Riazor, al que solo La Rosaleda (Málaga) y La Romareda (Zaragoza) discutían sus números.

El vacío de Riazor será difícil de llenar para un Deportivo acostumbrado en los últimos partidos a contar con el empuje de alrededor de 25.000 aficionados. El club ya asume las pérdidas de alrededor de 2,4 millones de euros que ocasionará jugar a puerta cerrada los seis partidos (Sporting, Rayo, Ponferradina, Huesca, Extremadura y Fuenlabrada) todavía por disputar en casa, a pesar de los intentos recientes de algunas equipos de que se permita la entrada de público a los campos.

La veda la abrió el presidente de la Unión Deportiva Las Palmas, Miguel Ángel Ramírez, quien aseguró que ante el Girona contaría con el visto bueno del Gobierno de las islas para dejar entrar a 11.000 aficionados al estadio coincidiendo con el inicio de la fase 3 de la desescalada y el traspaso a las autonomías de las decisiones en esta materia. Otros clubes, como el Oviedo, le siguieron y también solicitaron poder jugar con público en medio del desconcierto de buena parte de los equipos de Primera y Segunda División.

El criterio del Consejo Superior de Deportes (CSD), sin embargo, sigue siendo firme y no contempla la posibilidad de que puedan entrar aficionados a los partidos. Así se lo trasladó ayer a las autonomías en una videoconferencia en la que participó el secretario xeral para el Deporte, José Ramón Lete Lasa.

El planteamiento que les trasladó el Gobierno es que en esta cuestión debe existir un criterio común a pesar de que las competencias se transfieran a las comunidades y que tampoco haya agravios entre equipos en función de la fase de la desescalada en la que se encuentre su territorio. Aún así, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, dejó ayer entreabierta la posibilidad de que los aficionados entren a los estadios. "Hemos estado discutiendo algunas preocupaciones y algún aspecto clave como la presencia o no de público en las gradas. No se ha dado ninguna respuesta cerrada, obviamente porque no se puede ahora mismo", indicó. "Sí que es cierto que el ministerio se ha comprometido a hacer una evaluación de los riesgos. Y en el caso de que en la fase 3, según la situación epidemiológica, sí se pueda hacer, se hará", añadió.

Salva Ruiz reclama claridad

El defensa deportivista, Salva Ruiz, exigió en este sentido unidad de criterio para que se decida la presencia o no de aficionados en los estadios. "Tienen que ser todos los equipos o ningún equipo, porque jugar en casa ante tu público te da un plus y te da una energía extra en los momentos malos o te empuja y te lleva en volandas cuando estás bien", subrayó. "Si Sanidad cree que es posible y no hay ningún riesgo, pues bien. Lo que no vería bien es que algunos equipos pudieran y otros no", añadió.