El hándicap de tener que competir sin público marcará las once jornadas pendientes del Deportivo, en teoría uno de los grandes perjudicados de Segunda por jugar a puerta cerrada. Seis de los once encuentros definitivos serán en Riazor, así que buena parte de las opciones de permanencia del equipo coruñés dependerán de que sea capaz de hacerse fuerte en su estadio, como venía haciendo desde el regreso al banquillo de Fernando Vázquez. A sus órdenes el Dépor no perdió ninguno de los cinco compromisos que disputó ante su hinchada, con un balance de tres victorias -contra Racing de Santander (2-1), Cádiz (1-0) y Las Palmas (2-1)- y dos empates, ante Girona (2-2) y Lugo (0-0).

Mañana se cumplirán seis meses sin perder en A Coruña, una duradera ola buena en Riazor consecuencia, también, del largo paréntesis competitivo. La última derrota fue el 8 de diciembre del año pasado, frente al Zaragoza (1-3), todavía en la etapa final de Luis César al frente. Poco después llegó Vázquez y el Deportivo no volvió a perder en los siguientes cinco compromisos en casa, donde sumó 11 de los últimos 15 puntos en juego, 14 de 18 contando la apurada victoria ante el Tenerife (2-1) en la despedida del anterior técnico.

El entrenador de Castrofeito, hasta ahora talismán en los encuentros en A Coruña, regresó ayer a Riazor junto a su plantilla después de más de tres meses sin pisar el césped del estadio, exactamente 96 días, desde el partido contra el Lugo del 1 de marzo. Ese último duelo en casa fue, también, el más gris del Dépor como local en este 2020. Empató, pero con una sensaciones mucho peores que en la anterior igualada en casa frente al Girona. Contra los catalanes el equipo blanquiazul hizo méritos de sobra para embolsarse los tres puntos, pero frente a los lucenses acabó muy justo de fútbol y fuerzas, prácticamente a merced del rival. Mucho mejor tendrá que hacer las cosas para sacar adelante la primera de las once finales que le quedan, la del reestreno liguero frente al Sporting de Gijón, fijado para el próximo domingo a las 17.00 horas.

Será en un Riazor sin público, como el que ayer se encontraron los futbolistas en la última sesión preparatoria de la semana. Una primera toma de contacto de los jugadores con el estadio después de más de tres meses sin entrenar ni competir en el coliseo blanquiazul. Vázquez aprovechó ayer para organizar varios partidillos de once contra once, cada uno de veinte minutos de duración. Sigue avanzando en la preparación física y táctica del reestreno liguero y la próxima semana acabará de definir si mantiene el dibujo habitual que utilizó desde su regreso al Dépor, siempre con línea de cinco atrás, o bien opta por un nuevo esquema. Los problemas físicos de un pilar como Aketxe, duda para el partido contra el Sporting por una lesión muscular, también lo condicionan.

Descanso hasta el martes

Tras el entrenamiento de ayer en Riazor, la plantilla del Deportivo disfruta de dos días de descanso, hoy y mañana. El martes, a las 10.00 horas, Vázquez volverá a reunir a sus jugadores en Abegondo para enfocar la preparación hacia el encuentro del domingo frente al conjunto gijonés. Además del Sporting, también deben pasar por Riazor Rayo, Ponferradina, Huesca, Extremadura y Fuenlabrada.