La entrada de Abanca como accionista mayoritario del Deportivo, al capitalizar la mitad de la deuda blanquiazul con la entidad financiera, obliga a replantear el convenio entre el Ayuntamiento de A Coruña y el club, que, entre otros aspectos, regula el uso del estadio municipal de Riazor, propiedad del Concello. Pendiente de la aprobación de la ampliación de capital, el nuevo reparto accionarial del Deportivo incurriría en uno de los dos motivos para la rescisión del acuerdo, firmado en 2000 por el alcalde Francisco Vázquez y el presidente blanquiazul, Augusto César Lendoiro. El documento estipula que el convenio decaerá "cuando el vigente sistema de accionariado del Real Club Deportivo de La Coruña SAD sea objeto de modificación dando lugar a la existencia de un accionista o grupo de accionistas mayoritarios". El otro motivo de rescisión es que el Deportivo "no mantenga su sede en la ciudad".

El acuerdo otorga al Deportivo la utilización del estadio de Riazor "en régimen de concesión por un periodo de 25 años". Fue una ampliación del convenio inicial que databa de 1983 y que sería ratificado con posterioridad en 2017. El acuerdo se firmó en el año 2000, cuando las acciones del club, que acababa de conseguir el título de Liga, se repartían entre más de 20.000 aficionados blanquiazules. El nuevo reparto accionarial implicará una revisión del convenio para dar continuidad al uso del estadio por el Deportivo.

El crédito participativo de cinco millones de euros sellado con Abanca con el que Fernando Vidal accedió a la presidencia conllevaba un compromiso de convocar una Junta Extraordinaria de Accionistas ante la que presentaría a aprobación una ampliación de capital de 70 millones de euros, la mayor de la historia de la Sociedad Anónima Deportiva blanquiazul, dividida en tres fases. Las dos iniciales están dirigidas a compensar los "créditos líquidos, vencidos y exigibles", que el club mantiene con Abanca. Una primera por 4,99 millones de euros, que se corresponde "con el importe convertible en acciones del préstamo participativo concedido por Abanca" en enero; la segunda, por un importe de 30 millones, cantidad que "coincide con parte del importe a que asciende el préstamo (...) de Abanca con un saldo pendiente actual de 42.750.000 euros". Sumada la deuda del Dépor con Abanca, incluido el crédito participativo, el importe se eleva a 62,5 millones de euros. Hay una tercera, por un importe máximo de 35 millones, que está dirigida a todos los accionistas del club y, en último término, a nuevos inversores. En esta última, dividida a su vez en tres fases, ya no participaría la entidad bancaria.

En el caso de obtener el respaldo del accionariado, Abanca convertirá en títulos los 35 millones correspondientes a las dos primeras fases, lo que permitirá al Deportivo reducir su deuda con la entidad financiera a doce millones de euros, y a la entidad bancaria convertirse en el accionista mayoritario, simplemente con la suscripción las dos primeras, con un mínimo del 44 % del capital social y un máximo de 78%, en el supuesto caso de que nadie acuda a la tercera fase de esta ampliación, con fecha todavía por designar.

Es esta circunstancia la que lleva al replanteamiento del acuerdo con el Ayuntamiento de A Coruña, pues el Deportivo pasaría a tener un accionista mayoritario, en este caso Abanca. Esta posibilidad ya existió en 2007, cuando la Junta de Accionistas decidió eliminar el tope accionarial del 1%, después de una ampliación de capital fallida de 60 millones de euros aprobada a finales de 2003, de la que solo se cubrió una cantidad inferior a los tres millones de euros. El consejo de administración todavía no ha fijado una fecha para la celebración de esta Junta Extraordinaria, señalada inicialmente para el pasado 17 de marzo, pero que tuvo que suspender por la declaración del estado de alarma.