El Deportivo llegó a su primer partido tras el paréntesis en la competición con un puñado de dudas que, en lugar de despejar, aumentó tras el decepcionante empate contra el Sporting. Las incógnitas sobre cómo respondería el equipo blanquiazul no quedaron resueltas después de un partido en el que dejó un regusto a indefinición. A los problemas defensivos mostrados por el conjunto de Fernando Vázquez y la escasa claridad en ataque se sumaron los vaivenes del técnico desde el banquillo en su búsqueda de soluciones. Probó muchas y variadas alternativas ante los asturianos sin que dieran resultado, y que aumentaron la sensación de provisionalidad alrededor de un equipo que a estas alturas debería tener lo suficientemente claro el camino para lograr la permanencia.

Demasiadas pruebas. El Deportivo se atascó el domingo contra el Sporting después de cambiar el plan sobre la marcha varias veces. Arrancó con el sistema de cinco defensas, pasó a un 4-4-2 con rombo en el centro del campo y volvió a los cinco atrás sin conseguir inquietar lo suficiente a su rival. Más que una demostración de riqueza táctica, Fernando Vázquez envió un mensaje contradictorio. El equipo tampoco mejoró a través de los cambios, y es algo que empieza a pesarle al técnico, que recibió con agrado la posibilidad de realizar hasta cinco durante los partidos. Su estrategia de sacudir al equipo retirando a jugadores como Çolak o Vicente, con un perfil más asociativo, para dar a entrada a otros más individualistas como Keko o Koné no funcionó y derivó en mayor descontrol y peores decisiones.

Pocas oportunidades y nulo entendimiento. El dato es que el Deportivo el domingo no consiguió disparar entre los tres palos, pero aún así tuvo alguna oportunidad clara, como un disparo cruzado de Sabin, la combinación entre Çolak, Beauvue y Bóveda o el cabezazo de Christian Santos. Lo que realmente le faltó al conjunto blanquiazul contra el Sporting fue la claridad necesaria para fabricar mejores oportunidades. Hubo precipitación, especialmente en la segunda mitad, y no se supieron aprovechar los errores del rival. El equipo robó balones en campo contrario que no se convirtieron en acciones peligrosas por la falta de entendimiento que mostraron los jugadores blanquiazules.

La defensa, otra vez en entredicho. Algo parecido ocurrió con el funcionamiento defensivo, hasta no hace mucho la principal baza de un equipo que ha ido perdiendo consistencia. El domingo debutó Abdoulaye Ba, sustituto de urgencia del lesionado Somma, y coleccionó un error tras otro fruto de la falta de concentración. No le ayudaron algunos compañeros, como Montero o Salva Ruiz, que también fueron protagonistas por sus problemas el domingo. Murilo convirtió el primer tiempo en un calvario para el lateral izquierdo y a Vázquez no le quedó más remedio que sustituir al central cuando le enseñaron la amarilla ante la amenaza de una posible expulsión.