A finales de 2018 llegó a Riazor un Osasuna alejado de los puestos altos de la clasificación pero con aspiraciones de colarse entre los seis primeros para intentar el regreso a Primera División, algo en lo que había fracasado en el curso anterior, el de su reencuentro con la categoría de plata. Ese último fin de semana de noviembre concluyó con el Deportivo en segunda posición (30 puntos) y el equipo navarro en la novena (22 puntos). "La pregunta no es si el Deportivo va a ascender, sino cuándo va a ascender", espetó Jagoba Arrasate, técnico osasunista, en la sala de prensa de Riazor tras perder 2-0 ante los blanquiazules. En junio de 2019, 27 jornadas después, Osasuna cerró la Liga como campeón de la categoría (87 puntos), con el consiguiente ascenso, y el Deportivo en la sexta plaza (68) a 19 puntos de los navarros. Después llegaron los partidos de la promoción contra el Málaga y el Mallorca. Fue en Son Moix donde el cuadro coruñés se dejó el ascenso tras sucumbir de forma contundente (3-0). De nada había servido el 2-0 de la ida en Riazor. "Lo que se trata de saber es cuándo ascenderá el Deportivo", como dijo Arrasate aquel 24 de noviembre de 2018.

Dos años y medio después el equipo blanquiazul no puede ni tan siquiera soñar con tal logro, pues está centrado en otros menesteres de vital trascendencia para el futuro de la entidad. Algo que sorprende a cualquier técnico de la categoría, como recordó Paco Jémez, entrenador del Rayo Vallecano, después del empate del pasado sábado. Si en el curso 2018-19 el Deportivo era el principal candidato al ascenso por el potencial de su plantilla, en esta temporada estaba también entre los aspirantes a lograr uno de los tres billetes que conducen a Primera, pero la situación es otra. "¿Cómo está aquí?", se preguntó Jémez el sábado en Riazor en referencia a la posición que ocupan los blanquiazules en la clasificación. La justificación que dio el exfutbolista del Deportivo al momento por el que atraviesan los blanquiazules es sencilla: "La inercia del fútbol nadie la entiende". Porque para el cordobés dispone de "una gran plantilla" y "un muy buen equipo, que si gestiona bien su fútbol hace mucho daño".

El reconocimiento de los entrenadores rivales a las plantillas del Deportivo en los últimos años es casi unánime, pero no solo los nombres conducen a la obtención de resultados positivos. "Está ahí por circunstancias", aseveró Paco. "Tiene potencial para salir de ahí", añadió el entrenador del Rayo Vallecano. Pero esas "circunstancias" de las que habla el andaluz son duraderas, por lo menos en los que va de temporada. Incluso podría volver atrás en el tiempo para comprobar cómo tras las palabras de Arrasate en Riazor, aquel noviembre de 2018, el Deportivo apenas tocó los puestos de ascenso directo e incluso llegó a estar fuera de aquellos que concedían el derecho a disputar la promoción de ascenso. Regresó a esta zona tras el triunfo frente al Mallorca en la antepenúltima jornada (1-0, Riazor) y ahí se mantuvo hasta el final. Todo, por un partido.

Ahora es poco más de lo mismo, incrustado en el pozo que conduce a Segunda División B desde la jornada cuarta -con idas y venidas-, el conjunto blanquiazul se asentó en el fondo de la tabla cuando solo iban disputados once partidos y ahí permaneció otros once de forma consecutiva. Fue en la jornada 23 cuando pudo abandonar el último puesto tras lograr el triunfo en tres encuentros consecutivos; y con la quinta victoria seguida se escapó de la zona roja. La racha duró siete partidos en los que hizo pleno de puntos (21), pero desde entonces no volvió a vencer. Dos empates en casa y dos derrotas fuera antes de la declaración del estado de alarma; tres igualadas en otros tantos encuentros desde que regresó la competición.