Cuánta falta le hacía al Dépor una victoria. La de ayer, además, tiene un gran valor añadido por la forma, sabiendo sufrir con un jugador menos tras la expulsión de Gaku a la media hora. El Elche cargó con todo, pero se estrelló una y otra vez contra la poblada y ordenada defensa blanquiazul, más fiable con Álex Bergantiños incrustado entre Mujaid y Montero. El coruñés estuvo sensacional, igual que Uche Agbo sosteniendo casi él solo el centro del campo. Más allá de los nombres propios, fue un gran triunfo coral del Deportivo, porque todos arrimaron el hombro y tuvieron su cuota de protagonismo, desde el primero hasta el último. Equipo con mayúsculas. Fernando Vázquez volvió a mejorar a su escuadra sobre la marcha y dos de sus cambios, Mollejo y Vallejo, fabricaron el gol que decidió el encuentro. Asistencia del fadriqueño y perfecto cabezazo del andaluz, que incluso pudo firmar un doblete y sentenciar en la recta final. No le hizo falta al Dépor, tan solvente atrás como en los primeros encuentros desde el regreso del técnico de Castrofeito. Suma tres puntos vitales después de siete jornadas consecutivas sin ganar. Oxígeno puro con el que recuperar fuerzas y confianza de cara a las siete finales que aún le quedan.

Vázquez continuó en Elche con sus habituales rotaciones. Venía de hacer seis cambios frente al Rayo con respecto al once de Oviedo, y ayer introdujo otras seis novedades. Quiere dosificar esfuerzos para hacer más llevadero el comprimido calendario, especialmente apretado para el Dépor desde el regreso a la competición. Varió jugadores y también sistema, apostando esta vez desde el inicio por la línea de cinco atrás que tan buenos resultados le dio cuando se hizo cargo del equipo en enero. Sin Peru, lesionado como mínimo hasta la visita del próximo martes a Tenerife, el técnico dejó en el banquillo a Abdoulaye Ba y echó mano de Álex para formar en el eje de la zaga. Gran acierto.

Con tres centrales, más Bóveda y Luis Ruiz en los laterales, Vázquez trató de proteger a su equipo para acabar con la sangría de goles encajados. El Dépor se limitó a defender con orden sin apenas pisar campo contrario, solo con algunos escarceos aislados de Borja Valle, una de las novedades en el equipo titular. Entró con ganas el berciano, peleando todos balones y tratando de asociarse con sus compañeros. Pocas veces se estiró con peligro el equipo coruñés. La pelota fue casi todo el tiempo del Elche, que colgó muchos centros laterales para buscar los remates de Jonathas una y otra vez. El brasileño fue el que terminó más jugadas, aunque la primera ocasión franjiverde la culminó Iván Sánchez con una volea a la salida de un córner nada más empezar el encuentro. Primer gran susto para los blanquiazules.

Al Dépor le interesaba que el partido fuese cerrado, con pocas ocasiones, para obligar al Elche a arriesgar a medida que fueran pasando los minutos. Pero de nuevo el plan se estropeó bastante pronto, a la media hora de juego, cuando Gaku arriesgó demasiado y realizó una dura entrada por la que fue expulsado. Error grave del japonés. Otra vez a nadar contra corriente, en inferioridad numérica y en el campo de uno de los equipos más en forma de la categoría. Con diez el Deportivo se atrincheró en su área. Plantó una línea de tres por delante de los cinco defensas y dejó a Sabin solo arriba. Tocaba apretar los dientes, sufrir más que nunca y defender por acumulación con la esperanza de convertir la retaguardia en un auténtico frontón.

El Elche generó muchas llegadas al área, pero no demasiadas oportunidades claras hasta el descanso. Jonathas se hartó de rematar e incluso llegó a batir a Dani Giménez justo antes del intermedio, un tanto que no subió al marcador por fuera de juego. Pacheta cargó aún más su ataque tras la reanudación y Vázquez respondió con cambios que le dieron vida al Dépor en campo contrario gracias, sobre todo, a la velocidad de Mollejo y Vallejo. Dos balas para correr a la contra e incomodar al Elche.

De un ataque franjiverde nació el gol visitante. El balonazo de Eneko hacia campo contrario lo supo aguantar muy bien Sabin Merino para conectar desde la banda con Víctor Mollejo. Como una flecha corrió el canterano del Atlético con el balón para acabar asistiendo a Hugo Vallejo, cuyo cabezazo picado fue imparable para Badía (m.65).

Todavía le quedaba mucho que remar al Dépor y Vázquez usó de nuevo su pizarra para hacer otro retoque más. Sentó a Sabin y dio entrada a Aketxe para repoblar el centro del campo y tener un poquito más de posesión. Con una línea de cinco defensas y otra de cuatro medios. Sin delantero. Así aguantó el Dépor la última media hora, en la que al Elche le entraron las prisas por remontar. Abusó de los balones colgados al área y Álex, segurísimo, rechazó muchos. Aun así Jonathas conectó varios testarazos en esa emocionante recta final.

Josan y Escriche también tuvieron sus ocasiones para acabar rescatando un punto, pero no estuvieron acertados. Como tampoco el Dépor a la contra para sentenciar. Vallejo, Uche Agbo e incluso David Simón tuvieron en sus botas el 0-2, pero se estrellaron contra Édgar Badía. Para entonces ya estaban diez contra diez sobre el terreno de juego después de que Tekio viera la segunda amarilla.

Ni siquiera la entrada de Nino evitó el triunfo visitante. Esta vez el Dépor no lo dejó escapar. Con mucho sufrimiento, se acabó llevando tres puntos balsámicos con los que mirar de otra manera al horizonte. Después de tanto tiempo sin ganar, Vallejo prendió la mecha de la salvación en Elche, pero aún faltan, como mínimo, otras tres victorias más para alcanzar la meta.