Sin Uche y pendiente de la evolución de Peru, el técnico del Deportivo podría apostar de nuevo por Borja Valle en la posición de mediocentro, esta vez desde el inicio mañana ante el Huesca. "Es una situación diferente, en la que me encuentro a gusto, estoy contento. Principalmente pienso en ayudar al equipo de la manera que sea", afirmó ayer el berciano. "Durante estos cuatro años me ha tocado jugar de lateral, extremo, mediapunta y delantero. Ahora me toca de mediocentro. Mi único pensamiento siempre ha sido el de intentar representar este escudo lo mejor posible, intentar dar la talla, sea en la posición que sea. Si me toca mediocentro, intentaré ayudar al equipo para conseguir lo antes posible el objetivo", añadió Borja Valle, cuya forma de encarar el día a día cambió radicalmente a raíz del confinamiento.

Lo pasó mal durante los meses que no contó para Fernando Vázquez y sus sensaciones eran "de rabia, de impotencia, de no entender, de no querer aceptar incluso, de cometer errores a nivel personal pensando negativamente cada día, cada fin de semana". "Después de la cuarentena mi cabeza ha cambiado, mi vida ha cambiado, mi forma de pensar las cosas ha cambiado. Ha sido una situación complicada. Es mi vida, es mi trabajo, es de lo que vivo, por lo que he luchado toda una vida. Pero al final el fútbol tiene una recompensa y es estar donde estoy, darle valor a todo lo que tengo y a todo lo que me rodea", explicó.

No cierra las puertas a una posible renovación, aunque su futuro está lejos de A Coruña cuando finalice el campeonato: "La temporada se acaba, tu contrato se acaba, y no sabes lo que va a pasar. Es una sensación de tristeza por todo lo que he vivido y ver que se está acabando". Valle, además, considera "lógico" que su representante, Rodrigo Fernández Lovelle, insinuara que no jugaba por orden del club. "Estoy de acuerdo con cada cosa que diga mi agente porque él quiere mi bien y es lógico que, en una situación tan atípica como la que viví, hiciera lo que hizo", aseguró Borja Valle.