Cuando pienso en el fútbol me siento inmensamente feliz. El fútbol me encanta, me gusta verlo, me gusta jugarlo y sobre todo me gusta sentirlo.

Según voy creciendo hay cosas que me cuesta entender, no entiendo las cantidades tan grandes de dinero de las que se habla en prensa, no entiendo los insultos o faltas de respeto que a veces oigo en el campo cuando juego y también cuando voy a un partido y que me ponen muy, muy nervioso, yo creo que eso ya no es fútbol... porque el fútbol es otra cosa.

En estos 12 años que tengo he disfrutado y aprendido mucho con el fútbol. En mi casa siempre me han dicho que no sólo es un deporte, que el fútbol es un sentimiento y que si los entendemos bien puede enseñarnos muchas cosas; al principio tampoco entendía lo que querían decir; ahora creo que ya sí. Como jugador me ha enseñado a ser buen compañero, a respetar a los demás y a entender que somos diferentes.... (Un grupo de chavales a los que nos une una ilusión: jugar al fútbol). Al ir a Riazor como espectador he reído y celebrado, pero también he llorado y sentido mucha pena. Mamá y papá decían que el equipo no son solo los jugadores sino que la AFICIÓN también sufre y se alegra... y siempre está ahí.

Yo quiero al fútbol, a mi equipo y lo que me hace sentir (últimamente más pena que alegría), pero no me importa porque lo importante es que el fútbol te haga sentir.

¡Y YO ME SIENTO BLANQUIAZUL!...