Es el Dépor, pero otro, no el de la primera vuelta. Nada que ver. Ahora es un equipo totalmente diferente, a años luz de aquel que deambulaba por los campos de Segunda hacia un descenso que parecía irremediable hasta el regreso de Fernando Vázquez. Y eso que los once que eligió ayer para iniciar el encuentro ya estaban en la plantilla cuando empezó la temporada, pero tuvo que llegar él para ponerlos a funcionar. Por ejemplo, a Aketxe, de nuevo sobresaliente. El golazo del vasco abrió el camino de la remontada ante el Huesca, completada por Christian Santos con otro tanto aún más espectacular. Tres puntos de oro, por la dificultad de darle la vuelta al partido ante uno de los rivales más potentes de la categoría y, sobre todo, porque dejan al Deportivo a tiro de una sola victoria del objetivo de la salvación.

En el momento decisivo de la temporada el equipo blanquiazul ha sido capaz de destapar su mejor versión para alejarse de la zona de descenso. Es el único invicto desde el reinicio de la competición y, además, no solo saca los partidos adelante atrincherándose y explotando el contraataque. También sabe mandar con balón, como ayer.

Desenlace feliz para el equipo coruñés en otra tarde que comenzó torcida, como le suele pasar últimamente. Esta vez el tempranero gol en contra llegó en una acción aislada a los ocho minutos, un centro lejano de Miguelón que Rafa Mir transformó en el 0-1 con un gran cabezazo anticipándose a Mujaid. Lejos de venirse abajo, el Dépor se adueñó de la posesión y empezó a combinar con rapidez y precisión en campo contrario a hombros de un Aketxe rebosante de confianza que se ofreció y apareció en todas partes para dar sentido al juego. Un auténtico espectáculo. Casi todo lo hizo bien el vasco, también en su especialidad, los golpeos a balón parado. En el 12 colgó una falta lateral al segundo palo, donde apareció Montero para conectar con Christian, cuyo remate en posición acrobática se perdió por encima de la portería de Álvaro Fernández. Poco tardó en llegar el tanto del empate, tras una posesión larguísima del Dépor culminada por Aketxe con un gran zurdazo directo a la escuadra (m.19).

Más allá del resultado, los de Vázquez estaban completando una primera parte soberbia, de lo mejor de la temporada, bien con balón y sin él para recuperarlo pronto y no dar opciones al Huesca. Solo algunos zarpazos de Sergio Gómez, el más activo de los oscenses, incordiaron algo a Dani Giménez, que jugó mermado por problemas físicos.

El campo se volcaba poco a poco hacia el área visitante con el Dépor manejando a sus anchas la pelota. Entre Aketxe, Gaku e incluso Valle, que cumple con creces de mediocentro, hicieron que el Huesca se sintiese muy incómodo al no tener el balón. Incluso Christian, sorprendente nueve titular, bajó a recibir para participar también en el juego, no solo en el remate. Gran trabajo del venezolano. En realidad, todos rindieron a un buen nivel, empezando por Álex Bergantiños, que desde que juega de central logró contagiar su tranquilidad y su seguridad a los compañeros que están a su lado.

Tan bien estaba el Dépor, que el 2-1 era solo cuestión de tiempo y llegó justo antes del descanso, tras otro ataque largo culminado de forma espectacular por Christian Santos. Su imparable chilena fue el broche de oro a una primera parte en la que el equipo coruñés acumuló bastantes más méritos que su rival para ir por delante en el marcador.

Tras la reanudación el Huesca empezó mejor, arrinconando al Dépor y dando sensación de peligro, aunque sin culminar demasiadas ocasiones claras. Sergio Gómez, con un par de lanzamientos lejanos, y Rafa Mir, que aprovechó una pérdida de Valle para disparar cruzado, fueron los que más cerca estuvieron de empatar. También Luisinho lo intentó con un derechazo desde la frontal del área, pero poco duraron esos arreones visitantes.

El Deportivo mejoró con los cambios ordenados por Vázquez desde la grada y acabó defendiendo con la pelota, siempre bien colocado y sin sufrir mucho ante uno de los conjuntos más peligrosos de Segunda. Incluso Sabin Merino pudo sentenciar en el descuento, a pase de Çolak, pero disparó flojo con la izquierda. No le hizo falta el tercero al Dépor, que respira con cuatro puntos de margen sobre el pozo. Aún le falta por remar, pero tiene la orilla muy cerca, a tiro de un solo partido.