Cuando acabó la primera vuelta el Deportivo era colista con 15 puntos, la mitad de los que llevaba entonces la Ponferradina. Ahora están empatados a 48. Dos ejemplos de lo mucho que, para bien o para mal, pueden cambiar las cosas en apenas media temporada. De estar hundido en lo más profundo de la tabla, casi con pie y medio en Segunda División B, el Dépor protagonizó desde enero una espectacular reacción apoyado en una figura clave, la de Fernando Vázquez, que supo devolver la confianza a unos jugadores cabizbajos, motivarlos y exprimir al máximo una plantilla más larga y equilibrada con los refuerzos invernales. El balance desde enero: números de candidato claro al ascenso directo con 33 puntos sumados desde el ecuador del campeonato, la segunda mejor marca de la categoría, solo superada por los 34 del Tenerife.

La pésima primera vuelta que hizo el conjunto coruñés todavía le penaliza y, con cuatro puntos de renta sobre la zona de descenso, aún le queda por remar en las cuatro jornadas definitivas. "Si no fuese por el desastre de la primera vuelta, ahora estaríamos luchando por otras cosas", aseguró Víctor Mollejo tras la importantísima victoria del pasado fin de semana frente al Huesca. La realidad a falta de cuatro jornadas para el final es que el Dépor todavía no tiene asegurada la salvación. Por delante, cuatro oportunidades para lograr un triunfo más que, en teoría, será suficiente para cumplir un objetivo que parecía un milagro cuando Vázquez se hizo cargo del equipo. La primera, mañana en el estadio La Rosaleda de Málaga (19.30 horas), donde los blanquiazules intentarán prolongar su gran momento de juego y resultados.

El triunfo ante el Huesca dejó al Dépor "a solo un pequeño paso de la salvación", explicó ayer Salva Ruiz, consciente de que todavía falta rematar la faena. "Pensamos que con una victoria ya estaría virtualmente hecho, dependiendo de los demás resultados, y le damos mucha importancia al partido de Málaga para estar tranquilos las últimas tres jornadas. Va a ser un encuentro muy difícil. Estamos prácticamente empatados a puntos. Ellos también se la juegan. Para nosotros es una final y si ganamos yo creo que estaremos prácticamente salvados. Sentimos cierto alivio y al haber ganado el domingo estamos un poco más tranquilos y nos da confianza pero aún no hemos certificado nada, no están los deberes hechos al 100% y hay que conseguir la victoria en Málaga", recalcó el lateral del Deportivo.

Nadie ha sido capaz de vencer al equipo coruñés tras el parón liguero, que sirvió para dejar atrás el pequeño bache de resultados justo antes de que se interrumpiera la competición. Desde enero la línea es ascendente y "gran parte del mérito" es de Vázquez. "Ha sabido sacar lo mejor de cada uno, ha sabido resetearnos, darnos plena confianza a todos y hacer que juguemos lo mejor que sabemos, sin ninguna presión. Ha sido muy inteligente, tiene mucha experiencia y ha sabido hacer muy bien las cosas", explicó el valenciano. Considera que "en el fútbol la cabeza, la confianza y los estados de forma son muy importantes y ahora mismo el equipo está con mucha confianza y el míster nos ha dado a todos esa confianza y esas ganas de luchar, de pelear y de sacar lo mejor de nosotros mismos". "No es que tenga ninguna varita, pero supo hacer lo que tenía que hacer. Ahora están funcionando bien las cosas y él tiene gran parte del mérito de lo que está sucediendo", dijo Salva.

Más y mejor para elegir

Cuando Vázquez llegó al Dépor prometió subir el Ézaro en bicicleta en caso de obrar el milagro de la permanencia y va camino de cumplir esa ascensión gracias, también, a la importancia de disponer de una plantilla más completa y de mayor calidad que la que Anquela y luego Luis César tuvieron en la primera mitad de la temporada.

Los fichajes de invierno no solo resolvieron partidos con los goles de Sabin Merino, Emre y Hugo Vallejo, sino que le han dado al técnico un gran fondo de armario del que no disponen muchos otros entrenadores en la categoría. Eso hace que crezca la competencia en el día a día, que suba el nivel de los entrenamientos y, sobre todo, que Vázquez pueda repartir los esfuerzos para que el equipo no se le caiga y llegue fresco al final de los partidos, como se volvió a comprobar el pasado domingo ante el Huesca.