Le condenan sus miserias pasadas, sus miedos y sus carencias actuales, lo sucedido en otros campos. La Segunda B está ahí para el Dépor, tan cerca que deja frío. Su horrorosa primera parte y la falta de puntería en la segunda le condenaron a una derrota inmerecida en Anduva, que se agravó por las victorias de Lugo y Albacete. El equipo coruñés entra en descenso en el peor momento, no depende de sí mismo y se medirá al único rival de los equipos de la zona baja que se juega algo en la última jornada, el Fuenlabrada. A Coruña teme y llora ante lo que está por venir. Solo un milagro parece poder salvarle de caer 40 años después al abismo. En diciembre estaba asumido, hoy dolería como más que nada en este mundo.

El once de Fernando Vázquez indicaba ya que fiaba gran parte del éxito a lo que ocurriese en la segunda. Cuanto más se pospusiese el desenlace, más imaginaba un panorama que beneficiaba a su equipo. Fue hoy uno de sus incontables errores. Así, reservó a Borja Valle, Sabin Merino y, sobre todo, a Çolak y Aketxe. Le tocaba jugar de inicio a los recuperados Salva Ruiz y Peru . El técnico recuperaba al doble pivote de la remontada junto a Gaku, pero a quien más echó de menos el nipón fue al 10.

Los problemas del Dépor era de colocación, de velocidad de juego, de ideas, de nervios, de casi todo. Sin pisar el acelerador, el Mirandés daba la impresión de estar pasándole por encima. No conocía los dominios de Lizoain y se ahogaba en su área con un Ba, recuperado, al que los de Iraola le dejaban la pelota para la salida del Dépor y le buscan para encararle. El eslabón débil. Sin confianza, sin fútbol, con los resultados cayendo como losas en otros campos, el 1-0 era cuestión de tiempo. Lo logró Merquelanz, pudo hacer más el equipo local en un primer acto que dominó a su antojo.

Solo a partir de la pausa de hidratación sacó de manera tímida la cabeza el Dépor con alguna recuperación y corriendo. Christian estaba desesperado en su presión en solitario y Hugo Vallejo estaba fuera del partido. Solo dispuso de algún susto a balón parado, aunque en realidad tenía que dar gracias por perder solo por la mínima. Dani Giménez tuvo que sacar varias manos y hubo una cuádruple ocasión que no entró de manera milagrosa. Seguía vivo, no era poco.

La segunda parte fue un acoso y derribo del Dépor con más insistencia que pericia. Mereció el empate a los puntos, pero hoy no era el día. Mil balones sueltos en el área, otros tantos remates que se fueron fuera. Nada. El cuádruple cambio de Fernando Vázquez, que al final se dio cuenta de que había que ir a por el partido, aceleró al equipo ante un contrincante entero, que también supo resguardarse.

El equipo de Miranda tuvo varias para remachar a la contra. Pero, a pesar de que el Dépor era un equipo abierto, ahí estaba Mujaid para corregir cualquier problema. Cuanto se le echó de menos en los últimos minutos ante el Extremadura. Aketxe era de nuevo el director de orquesta, Gaku parecía entonarse algo y olvidar otro partido más que gris, mientras Vallejo revivía y se proyectaba por banda. Todo intento fue inútil, mientras se veía la derrota como un mal menor. El gol del Lugo supuso el golpe definitivo, fue como empezar a clavar las puntas del ataud. En tres días habrá o no velorio. A Coruña ya empieza a sentir el luto.

Ficha técnica (1-0):

Mirandés: Lizoain, Álex González (Carlos Julio min 64), Odei, Sergio, Franquesa, Malsa, Guridi, Joaquín (Ohemeng min 83), Álvaro Peña (Antonio Sánchez min 55), Merquelanz y Marcos André.

Deportivo: Giménez, Sadick, Bergantiños (Beauve min 84), Abdoulaye Ba (Borja Valle min 45), Bóveda, Shibasaki, Nolaskoain (Aketxe min 45), Salva Ruiz (Keko min 45) Hugo, Christian Santos (Sabin Merino min 45) y Mollejo.

Goles: 1-0 M.22: Merquelanz

Árbitro: Areces Franco (comité asturiano) amonestó por el conjunto local a Malsa (min 6), Alex González (min 56), Antonio Sánchez (min 63), Sergio (min 80), Marcos André (min 88) y por el visitante a Bóveda (min 21) y Mollejo (min 93).

Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 41 de LaLiga smarbank celebrado a puerta cerrada por la crisis sanitaria.