En mi opinión, el pasado lunes no se debería haber jugado ningún partido de la jornada de Segunda División al haberse descubierto los positivos en los test realizados previamente a los jugadores del Fuenlabrada, porque cuando un equipo se está jugando el descenso no lo hace de la misma manera si uno de sus rivales no está disputando su encuentro al mismo tiempo, ya que entre los jugadores surgen los nervios.

La forma de solucionar este problema sería repitiendo la jornada, aunque reconozco que por el problema que supondría encontrar las fechas para hacerlo sería bastante complicado. Una alternativa es tomar la misma decisión que se adoptó hace algunos años en el caso del Sevilla y el Celta a causa de su descenso administrativo a Segunda División, que consistiría en aumentar el número de participantes en la competición de Segunda, de forma que en la próxima temporada en lugar de descender cuatro equipos lo harían seis.

Si no se hiciera así y se consumara el descenso a Segunda B, saldría perjudicado el fútbol, y especialmente el Deportivo y la ciudad de A Coruña. Esta situación ha causado además un importante daño a los ciudadanos coruñeses, a los que se ha puesto en peligro al viajar el Fuenlabrada con miembros de su plantilla que habían dado positivo en las pruebas. Si el club tenía conocimiento de que había positivos, esa actuación podría ser constitutiva de un delito contra la salud pública.