"Médicamente están bien", tranquiliza Carlos Lariño sobre los miembros de la expedición del Fuenlabrada, doce, que están aislados en el hotel Finisterre tras haber dado positivo por Covid-19. El médico del Deportivo se encarga de hacerles el seguimiento diario y cubrir sus necesidades, sobre todo de paracetamol (que ya ha tenido que reponer un par de veces además de otros medicamentos), después de que el martes se enterase, a través de un jugador del equipo blanquiazul, de que su homólogo no había podido viajar a la ciudad.

"La mayoría están asintomáticos, pero hay algunos con cefaleas, dolor de cuerpo y fiebre", relata Lariño, "pero sobre todo están psicológicamente débiles, llevan cinco días encerrados y con las cosas que están leyendo en redes sociales... necesitan ánimo". Así que, lo menos que puede hacer por ellos, dice, es que "se sientan atendidos" porque para él, los jugadores no son más que "otras de las víctimas" de toda esta situación. "Incluso alguno me ha dicho que cómo iban a jugar así contra nosotros", desvela.

El doctor Lariño, que trabajó como voluntario en el Chuac durante los meses más críticos del azote del coronavirus, cree que "esto le podía había pasado a cualquiera" y que era "cuestión de tiempo" que saltase el primer positivo en el fútbol español, que había tenido suerte (además de muchos protocolos de seguridad) hasta el momento porque el inicio de la competición coincidió con la curva a la baja de la pandemia. Sin embargo, sí reconoce que, si los casos se hubiesen dando en el Dépor, su proceder hubiera sido diferente. "Si en el Dépor tengo un positivo el sábado y tres el domingo, hubiese recomendado no viajar, por lo menos hasta que se demostrase lo contrario o que el resto estaba bien", dice aunque también alega no disponer de toda la información. "A toro pasado es más fácil decirlo, se comprobó que el virus estaba en la expedición. Pero considero al médico del Fuenlabrada una persona sensata, que también estuvo en un hospital de Madrid luchando contra la pandemia. No sé qué presiones pudo haber", sostiene.

Lariño, cree que desde LaLiga, cuando se empezó a planificar el regreso del fútbol, se tuvo poco en cuenta la opinión de los sanitarios, sobre todo a la hora de establecer un protocolo para cuando hubiera un positivo. Observa con preocupación el avance de los rebrotes. "Cada vez los pacientes son más jóvenes. Ellos tienen un sistema inmune más fuerte, pero si les llevan el virus a padres y abuelos... en nada estamos como antes", opina. Y avisa: "Mientras que no haya una vacuna, no podemos relajarnos ni un mínimo".