El impacto económico y deportivo que supondría para los clubes la ampliación de la Segunda División a 24 equipos, solución propuesta a LaLiga por la Real Federación Española de Fútbol como la mejor vía para desbloquear el callejón sin salida derivado de la decisión de aplazar el Deportivo-Fuenlabrada, es más asumible de lo que a simple vista pudiera parecer. Desde el punto de vista económico, serían dos clubes más, 44 en vez de 42, para repartir los ingresos en concepto de derechos televisivos. Esto supondría, de media, una merma de 250.000 euros en el dinero que recibiría cada equipo. Sin embargo, la permanencia de coruñeses y sorianos permitiría ahorrarse sus correspondientes seguros de descenso, más de dos millones en total, cantidad que ayudaría a compensar lo que dejen de ingresar los demás por ampliar a 44 el número de miembros del fútbol profesional español.

De ese fondo de compensación -regulado en el Real Decreto-ley 5/2015, de 30 de abril-, el 90% le corresponde a los equipos que descienden de Primera y el 10% restante a los que bajan de Segunda. Si solo cayesen dos a la categoría de bronce, en este caso Racing de Santander y Extremadura, quedarían sin desembolsarse algo más de dos millones de euros que podrían dedicarse a amortiguar el impacto que para el resto de clubes supondría este nuevo formato de la Segunda División.

Mientras los clubes estudian los pros y las contras de una Segunda con 24 participantes, tal y como recomienda la RFEF, la disputa del play off de ascenso no está ni mucho menos garantizada. La adulteración de la competición que supuso la ruptura del horario unificado en la última jornada ha desencadenado una batalla legal en varios frentes que, si acaba llegando a la justicia ordinaria, podría poner incluso en peligro el comienzo de la próxima campaña, planeado en principio para el 12 de septiembre.

Urge una solución, sobre todo porque para encajar ese nuevo campeonato con 46 jornadas, cuatro más que ahora, su inicio no se podría demorar lo más mínimo. Sería un modelo parecido al de la Championship inglesa, una fórmula "aplicable en España" pero que implicaría tener que convivir con "una competición estresante, tanto para el entrenador como para el staff y los jugadores", según Juanjo Vila, exanalista del Deportivo y gran conocedor de la categoría de plata inglesa tras dos temporadas en el Nottingham Forest junto a Aitor Karanka.

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Manifestación motorizada en defensa del Deportivo

"Se puede hacer en España, lógicamente no va a haber descansos y habrá que jugar muchos partidos entre semana. Es una liga muy complicada, donde el entrenador tiene que manejar muchísimos conceptos al margen de las cuestiones tácticas, como la estructuración y la dosificación de las plantillas. No puedes cargar con 46 partidos a los mismos jugadores", explica Vila, convencido de que para soportar ese "estrés competitivo" las plantillas deben ser, a la fuerza, "más profundas en cuanto a calidad". "Necesitas de más buenos jugadores para soportar esa carga de partidos y el poco espacio entre cada uno", añade el técnico carballés, que la próxima semana tiene previsto viajar a Birmingham para emprender una nueva aventura en la Championship junto a Karanka.

Allí el formato competitivo es muy parecido al de España, con dos ascensos directos y un tercero que sale de un play off para el que se clasifican cuatro equipos, del tercero al sexto en la tabla. Juegan una primera eliminatoria a doble partido y los vencedores se enfrentan en la final por el ascenso, a partido único, en Wembley. El camino hacia la Premier es largo, con la particularidad de que en Inglaterra la competición no para en Navidades. Igual que en España, allí la categoría de plata tampoco se detiene por los partidos de las selecciones, lo que habilita más fechas para poder competir. En cualquier caso, "hay que dosificar muy bien" para afrontar tal cantidad de encuentros.