Juan Carlos Valerón Santana (Arguineguín, 1975) sigue despertando en A Coruña la misma admiración que cuando en 2013 cerró su etapa como futbolista del Deportivo tras 13 campañas de blanquiazul. Siete años después vuelve como técnico del Fabril dispuesto a impulsar la "apuesta decidida por la cantera" que busca el club. Esta mañana dirigirá en Abegondo su primera sesión al frente del filial, cuyos futbolistas lo verán no solo como un entrenador, también como un ídolo.

¿Se ha encontrado un club y una ciudad muy cambiados con respecto a su anterior etapa?

La ciudad está prácticamente igual. Parece que fue hace muy poquito cuando me fui. Me siento muy a gusto. A Coruña es muy acogedora. Estoy contentísimo de volver. Evidentemente, en el club llevo pocos días, pero también estoy muy contento por la acogida de todos, de toda la gente del club, empezando por el presidente, Fernando Vidal. Siento mucha alegría e ilusión por volver y voy a tratar de ayudar en todo lo que pueda.

¿La gente lo sigue parando por la calle?

Un poquito, sí. En ese sentido las muestras de cariño que he recibido siempre aquí han sido increíbles. Cuando estás por aquí y ves la manera que la gente te dice y te habla, eso hace que uno esté más convencido aún de la decisión que he tomado de volver al Dépor.

Tanto usted, al frente del Fabril, como Fran, nuevo director de la cantera, no dudaron en regresar pese a la situación tan delicada por la incertidumbre sobre la categoría en la que competirá el primer equipo. ¿Es ésa la mejor muestra de que su compromiso es total?

Los dos coincidíamos en lo mismo, en que al final cuando has estado tantos años en el fútbol profesional, lo dejas y pasas a otras facetas y te sientes con ganas de aportar cosas, ¿qué hay más bonito que hacerlo en un sitio donde te sientas identificado? Somos personas que nos movemos por eso. Los dos teníamos muchas ganas de volver a casa y aportar ese conocimiento y la formación que hemos adquirido después de retirarnos para ayudar al club.

Muchos de sus jugadores del filial lo van a ver más como un ídolo que como un entrenador.

Probablemente al principio, ya pasaba un poco en Las Palmas. Es así, pero luego cuando van pasando los días ya se vuelve todo más normal y natural. Será la relación normal de un entrenador con sus jugadores. Intentaré ayudarles a crecer y a que les vaya bien.

¿Cuál es el primer diagnóstico? ¿Qué es lo que hay que mejorar para que la cantera sea productiva?

Ahora mismo para mí es muy difícil hablar de algo que no conozco desde dentro. El club desde que llegué, con el presidente y sobre todo con Albert Gil, me puso al día de cómo está la cantera y la idea que tienen sobre ella. Han querido hacer una apuesta muy clara por la cantera, con mi llegada y la de Fran, y a partir de ahora el club tiene una línea y nosotros vamos a ser parte de esa idea de cantera. En mi caso, seré el encargado de estar con ese grupo de jugadores que están ahí por debajo del primer equipo para dar el salto. Es una cadena. Trataré de ayudar a los chicos que lleguen ahí para intentar que salgan jugadores para el primer equipo. Esa es la idea que tiene el club. En todo momento ellos lo tienen claro. Todos creemos que se necesita tiempo, porque el tema de la cantera no es rápido. Estamos muy ilusionados en que salga todo bien.

¿Por qué en la UD Las Palmas no paran de salir jugadores y aquí no da el salto casi ninguno?

Es difícil. Muchas veces es un tema de cultura, de mentalidad y de que los chicos crean que hay posibilidades de llegar al primer equipo. Para eso es muy importante siempre que se promocione el fútbol base y la manera de promocionarlo es llegando jugadores al primer equipo, eso siempre va a reforzar la idea de que los chicos cuando estén en el fútbol base del Deportivo sientan que las probabilidades de llegar al primer equipo están ahí. Cuando la distancia la ven muy lejos, como ha pasado en otros años sin jugadores de base en el primer equipo, cuesta creer en eso. Y la idea que tiene el club es ir cambiando esa mentalidad, esa cultura, y que se sientan capacitados para llegar. Se necesita tiempo. En Las Palmas eso pasa. Saben que se apuesta por la cantera y si ellos hacen su trabajo bien y piden paso, se les da.

¿Sus señas de identidad como entrenador son las mismas que tenía como futbolista?

Tampoco sé muy bien cómo expresarlo, porque al final soy de los que piensan que el juego y el fútbol es de los futbolistas. La manera de jugar y, sobre todo, el sistema, van un poco en función de los jugadores que tienes. Evidentemente me gusta un fútbol combinativo, en una estructura donde los jugadores puedan desarrollar su capacidades y cada uno pueda expresarse y soltar las características que tiene dentro de una idea común.

¿Qué referencias tiene del grupo de futbolistas que están a sus órdenes en el Fabril?

Estamos en unos días un poco complejos porque el tema del primer equipo condiciona también lo que vaya a pasar ahí. Estamos un poquito abiertos a todos los escenarios que nos podamos encontrar, los que puedan estar, los que puedan estar más arriba? El club ya tiene un poco organizado todo. Me han puesto al día. Me ayuda tener conmigo a Manuel Pablo, que conoce el club y los jugadores de la cantera. A partir de ahí hay que ir viéndolos a ellos día a día.