El Deportivo se agarra a la Segunda División convencido de que es la categoría en la que le corresponde competir la próxima temporada, pero al mismo tiempo cumple con lo pautado en la reglamentación por si finalmente tuviera que caer a Segunda B. El plazo abierto a los clubes por la Real Federación Española de Fútbol para apuntarse en las competiciones oficiales de ámbito estatal finalizó ayer y el Deportivo optó por cursar una preinscripción simultánea en ambas categorías. En realidad, lo que hizo fue contactar con la Federación para tener la seguridad jurídica de que podrá competir la próxima campaña, sea en una categoría o en otra. Defienden desde la plaza de Pontevedra que el Dépor sigue siendo equipo de Segunda, -como expresaron públicamente tanto el presidente, Fernando Vidal, como el entrenador, Fernando Vázquez- pero al mismo tiempo formalizan esta especie de inscripción también en Segunda B para, en caso de que fracasen las diferentes batallas judiciales en las que está inmerso el club, poder competir en ella.

El Deportivo contactó con la Federación, que es sensible a su situación, como a la del Numancia, Girona, Elche o Fuenlabrada. La RFEF transmitió un mensaje tranquilizador en el sentido de que el equipo coruñés podrá competir el próximo curso, sea en Segunda o en Segunda B, en función de lo que decida la justicia en los diferentes frentes que tiene abiertos el club. También el Numancia optó por esta doble vía de la preinscripción simultánea.

La solución definitiva, además de difícil, no parece cercana. Tras la propuesta de sanción del juez instructor de Competición al Fuenlabrada -descenso de categoría y multa de 15.001 euros-, tanto el club madrileño como el resto de interesados disponen de diez días hábiles, a contar desde ayer, para presentar alegaciones. Luego tendrá que pronunciarse el Comité de Competición, cuya resolución podrá recurrirse primero ante Apelación y luego ante el Tribunal Administrativo del Deporte.

Por tanto, no parece que vaya a haber una solución antes del mes de septiembre a menos que el Consejo Superior de Deportes tome cartas en el asunto para tratar de desbloquear este aparente callejón sin salida que hace peligrar tanto el sorteo del calendario de la próxima temporada como su inicio. Una posible solución sería el campeonato de 24 equipos propuesto desde la Federación y al que se opone LaLiga. Y todo ello sin contar con la justicia ordinaria, a la que el Dépor está dispuesto a llegar para defender sus derechos, como ya hizo en la reclamación por la alineación indebida del Extremadura en el partido de la antepenúltima jornada.

La incertidumbre sobre la categoría en la que partirá el equipo coruñés condiciona completamente la planificación deportiva y, pase lo que pase, dejará al club blanquiazul en una situación de desventaja con respecto a sus rivales, independientemente de que salga en Segunda o en Segunda B. No es lo mismo construir una plantilla para una categoría que para la otra, ni tampoco tiene nada que ver el presupuesto del que dispondría el Dépor en uno u otro escalón del fútbol español.